ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  6 de octubre de 2018
                               
 

Mi Carrera Oficial

He referido otras veces que igual que dicen que cada soldado de Napoleón llevaba en su mochila el bastón de mariscal, cada cofrade sevillano que se precie guarda en un cajón, perfectamente escrito, su Pregón de Semana Santa, por si llega el Día de la Croqueta no tener más que tirar de él; y, si no, colocarlo en cualquier hermandad donde estén celebrando algo y le ofrezcan un atril. Añado a estos dos supuestos un tercero: cada candidato a presidente del Consejo de Cofradías lleva en su cartera la solución perfecta para la Carrera Oficial, Madrugada incluida. Que buena se va a poner como se cumpla lo que se maliciaba el otro día el hermano mayor de la Macarena, que están saliendo a mil nazarenos más en cada nueva estación de penitencia. O sea, que dentro de cuatro años pueden salir perfectamente con su capa de merino y su antifaz de terciopelo siete u ocho mil hermanos de la Esperanza Macarena y del Señor de la Sentencia. Ojú.

Y no sólo los que aspiran a mandar en la calle San Gregorio tiene su solución perfecta para la Carrera Oficial. Ya hasta se tiran espontáneos, que presentan su proyecto, sin parones ni retrasos. Como esa señora que se ha despachado a su gusto, al alejandrino modo, con el nudo gordiano de la Carrera Oficial. ¿Qué hizo Alejandro Magno para deshacer el nudo gordiano? Sacar su espada y cortarlo de un tajo. ¿Qué ha hecho esta señora para solucionar los problemas de la Carrera Oficial? Pues acabar con la Carrera Oficial cuyos orígenes se remontan a 1777 y cuyo recorrido actual, de La Campana a la Catedral, ha cumplido exactamente un siglo en este año de gracia de 2018, qué raro, sin que se haya celebrado ni con pregón, ni con cartel, ni con exposición en el Mercantil, ni con salida extraordinaria, ni con nada. La propuesta que verían el otro día acaba con la Carrera Oficial de La Campana a la Catedral por Sierpes y la Avenida y se la lleva... ¡al Paseo Colón! No a la S-30, como dicen con tela de guasa algunos, no: al Paseo Colón. Coloca el Palquillo del Consejo en la esquina de la calle Adriano, donde estaba Todogoma. Y como una goma estira el recorrido de las cofradías por un sitio que coge cerquísima, por las que hilan, para llegar a la Catedral: por el Edificio Cristina y la calle Almirante Lobo, que es lo más cofradiero que se despacha. Mire usted cómo se me ponen los vellos de punta nada más pensar en esos palios por la deforestada calle Almirante Lobo, víctima del arborizoido. Y luego, por la Puerta Jerez y por la Avenida, hasta llegar a la Catedral.

Si lo que pretende este proyecto es lo que busca el Consejo, poder colocar más sillas para trincar más tela para repartir entre las cofradías, perfecto. En ese recorrido absurdo (por donde fue, por cierto, la procesión extraordinaria de la Virgen de los Reyes cuando el Congreso Mariano de 1929), caben tres mil sillas más que en el actual: exactamente 39.247 sillas, que ya son sillas. Y en vez de los palcos de la Plaza, hay hasta 5 tribunas de palcos, 5, con sus correspondientes asientos y señores favorecidos en su adjudicación.

A la Carrera Oficial se le aplica mucho paso de La Canina y muy poco Juan Ramón Jiménez. Ya saben. Lo de Juan Ramón es el "no la toques ya más,/ que así es la rosa". Aunque en esa rosa no quepan más sillas ni pueda haber mayor recaudación. Pero muchos toman, en vez de la rosa, un cardo. Un cardo borriquero. Como los que lleva entre yedras el paso de La Canina. Y, claro, se pinchan, y están en boca de la gente, como cuando volvieron como un calcetín el sentido de la Carrera Oficial el Martes Santo pasado, en plan recorrido del Santo Entierro en los años 50. A favor de los que quieren acabar con la Carrera Oficial tal como hoy la concebimos hay un argumento de oro, casi irrebatible. La Sevilla de la Torre Pelli y de Palmas Altas no puede seguir con la misma Carrera Oficial del siglo XVIII. Cierto. Pero es que da la pequeña casualidad de que la Semana Santa, gracias a Dios, no tiene nada que ver ni con la Torre Pelli ni con Palmas Altas. ¿Saben entonces lo que yo propondría cínicamente? Ya puestos, que la Carrera Oficial tenga el mismo recorrido que la Carrera Nocturna del otro día. ¡Ahí sí que caben sillas, si es por trincar más dinero de los abonos! Pero no he dicho nada, ¿eh?, que no quiero fìas, ni porfías ni cuestión con el Consejo de Cofradías.

INFORMACION CITADA EN EL TEXTO

Un estudio propone llevar la Carrera Oficial al Paseo Colón y la Puerta Jerez

 

 

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