ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  27 de octubre de 2018
                               
 

Quedamos en la Portada

Fue de piedra, como las murallitas de Cádiz de la copla, la primera Portada que tuvo la Feria de Sevilla, inventada por un vasco y un catalán más sevillanos que el NO8DO (igualito que lo que inventan ahora los vascos y los catalanes). Esa Portada no era otra que una puerta de la cerca de la ciudad: la de San Fernando. Llamada también "Puerta Nueva", porque fue la última que se construyó en el recinto amurallado. Fue erigida en el año de 1760 por orden del Asistente Juan Robión, pero apenas tuvo poco más de un siglo de existencia, aunque intenso de hechos históricos. Por la Puerta de San Fernando salió de Sevilla el Rey Fernando VII y por ella entraron los Duques de Montpensier. Era el lugar donde la ciudad recibía a sus huéspedes ilustres, y hasta las visitas de Franco se mantuvo esa costumbre con el alcalde Moreno de la Cova. Y, como digo, fue también la primera Portada de la Feria en El Prado desde su instauración en 1847, hasta que en 1868, con La Gloriosa, la puerta fue demolida. Y es curioso que, a diferencia de la Puerta Osario o la Puerta Carmona, la de San Fernando no haya quedado en la memoria del callejero popular. Será porque ocupó su sitio la cercana Pasarela, que ésa sí que sigue designando el lugar que ocupaba muchos decenios después de desmontada. ¿Que dónde estaba esta primera Portada de la Feria en El Prado, dice usted? Pues al final de la calle San Fernando, que de ella tomó el nombre o viceversa, aproximadamente entre la esquina de Oriza y la capilla de la Universidad.

Desde entonces, y trasladada la Feria a Los Remedios en 1973, la Portada siguió evocando aquella Puerta de San Fernando de la primitiva Feria de Ybarra y Bonaplata, con algo tan nuestro como la arquitectura efímera. Arquitectura efímera que hasta mereció un histórico soneto de Cervantes al túmulo de Felipe II levantado en la Catedral: «¡Voto a Dios que me espanta esta grandeza/ y que diera un doblón por describilla!». Ya a nadie espanta la grandeza anual de la Portada de Feria, elegida en un concurso en el que dan algunos doblones "por describilla" cómo quiere el diseñador que sea, lo que se ve luego en una maqueta, como la recién presentada.

La Portada de la Feria de este año es un homenaje a la Exposición Iberoamericana y por eso representa el que fue "Pabellón de Sevilla" y ahora es, a saber, Teatro Lope de Vega y Casino de la Exposición. Y algo muy curioso: aunque las bases del concurso decían que debía ser un homenaje al arquitecto Aníbal González, resulta que utiliza en sus elementos una de las obras más señaladas... de Vicente Traver. También lleva, dicen, un homenaje a la Guardia Civil, me imagino que el Honor de su Divisa. Y sendos homenajes a dos grandes pintores. Uno es el prolífico y multiusos Santiago Martínez, evocado días atrás como autor del paso de la Virgen de San Lorenzo en la exposición de la Hermandad de la Soledad, así como autor del logotipo de la Exposición del 29: el globo terráqueo con la Giralda y la carabela descubridora de América. El otro pintor es el gran Don Gustavo Bacarisas, a quien me cuesta trabajo apearle el "don", que fue quien diseñó la forma actual de las casetas de Feria y sobre todo sus pañoletas. Apunten esto entre las curiosidades sevillanas: si la Feria la inventaron un vasco y un catalán, sus casetas las diseñó un gibraltareño, cual Don Gustavo. ¡Para que luego digan que los sevillanos no somos universales!

Resumiendo: que la Portada de este año lleva de tó, no le falta un perejil. Que conste que a mí me gusta bastante. Y como lo de las casetas del gibraltareño Bacarisas, no insistimos en algo fundamental: la Portada es el principal punto de cita en la Feria. "Quedamos en la Portada" es lo que dice todo el mundo para citarse, como El Pali en la Puerta de Correos para ir a Las Lumbreras por bacalao. Pero es tan extensa y hay allí siempre tanta gente esperando, que es un lío encontrarse cuando "quedamos en la Portada". Por eso echo en falta en la Portada de Feria algo que sería utilísimo: poner varios "meeting point", como en los aeropuertos. Repetir en sus dos caras y en varios lugares de cada una de ellas ese signo de los aeropuertos, pero numerados: "Meeting Point 1", "Meeting Point 2", "Meeting Point 3", etc. Así no habría pérdida ni esperas buscando entre el gentío. Bastaría con añadir a la frase de costumbre: "Quedamos en la Portada, en el "Meeting Point" número 10".

 

 

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