ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  21 de mayo de 2019
                               
 

Capital de la Patria

De aquí al 1º de junio, en que se celebrará aquí el desfile del Día de las Fuerzas Armadas, presidido por el Rey, Sevilla será capital de la Patria. Actos que empezaron el domingo, con la multitudinaria Jura de Bandera de civiles, con esa emoción de 2.400 paisanos que o volvían a jurar bandera o lo hacían por primera vez, pues se libraron de la mili o nacieron cuando ya no era obligatoria. (Lo cual a algunos nos parece un gran error de Aznar: cerrar la escuela de valores y de civismo que era el servicio militar obligatorio).

La jura se celebró en un lugar que con este acto cobraba todo el significado de la grandeza de su denominación: la Plaza de España. Sí, España. La Plaza de España es la de la ría, las barcas, los coches de caballos, las dos torres gemelas, pero también la sede de Capitanía. Añadan a su diccionario de conceptos sevillanos que se escriben de una forma y se pronuncian de otra la palabra que acabo de poner: Capitanía. En el lenguaje oficial del Gobierno y del Ministerio de Defensa, se escribe Jefatura de la Fuerza Terrestre, pero en sevillano se pronuncia "Capitanía". Así pone y habrá de seguir poniendo el letrero del edificio de Aníbal González que los militares conservan de dulce: "Capitanía General". Bajo ese letrero, muchas mañanas hay una solemne ceremonia de izado de bandera a la que invita a grupos de civiles el que aunque sea oficialmente el teniente general jefe de la Fuerza Terrestre, don Juan Gómez de Salazar, en Sevilla sigue siendo "el capitán general", a pesar de la de años que en el Ejército de Tierra desaparecieron las regiones militares y Sevilla dejó de ser cabecera de la Segunda.

Las solemnes y emocionantes juras de bandera de paisanos como la del domingo, las inició el teniente general don Pedro Pitarch cuando mandaba aquí la Fuerza Terrestre. A estos actos me gusta llamarlos "convidás a Patria". Así que de aquí al 1º de junio nos vamos a hartar de "convidás a Patria", hasta que suene el "Banderita tu eres roja" en el desfile a lo largo del Paseo Colón y con la tribuna del Rey instalada ante a la Puerta del Príncipe de la plaza de los toros, al lado del monumento a su sevillanísima abuela, S.A.R. la Condesa de Barcelona. Continuidad dinástica se llama la figura. Sevilla, con la celebración nacional aquí del Día de las Fuerzas Armadas, va a ser Capital de la Patria. De los que la sirven en sus Fuerzas Armadas y de los que la sentimos como una emoción y una afirmación en el código de valores que está escrito con renglones bastante derechos en la Constitución.

Muchos dicen que todo esto es facha. Quemar nuestra bandera, para esos indeseables, es un ejercicio de libertad de expresión. Perfecto el rotundo mentís que les dio el domingo el "capitán general" Gómez de Salazar en su arenga a los jurandos (que es gerundio de patriotismo): «La bandera es el símbolo que representa los valores supremos representados en la Constitución. Ese sentimiento está por encima de ideologías y creencias. La bandera nos abraza a todos por igual. Amar la bandera es amar a España y al calor de ese sentimiento nacen valores como el sacrificio o la solidaridad». "¡Toma, pá que te vayas con los sordaos!", que diría uno del Espumarejo.

A los que juramos bandera en el servicio militar nos quita años de encima la fórmula del juramento que 2.400 ciudadanos hicieron: «¡Españoles! ¿Juráis o prometéis por vuestra conciencia y honor guardar la Constitución como norma fundamental del Estado, con lealtad al Rey, y si preciso fuera, entregar vuestra vida en defensa de España?». Fórmula que reivindica conceptos cada día más en peligro, más olvidados, más tildados de "fachas": conciencia, honor, lealtad... Los que abjuraron de estos principios son los que dicen que jurarlos es facha. Será facha, tíos, pero de aquí al 1º de Junio os vais a hartar de ver que quedan muchísimos españoles con honor que sienten con orgullo que Sevilla sea Capital de la Patria en el Día de las FF.AA., bajo "la Bandera que abraza a todos". Incluso a vosotros, descastados.

 

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