ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  27 de julio de 2019
                               
 

La playa de Sevilla

No descubro el Mediterráneo y menos el Guadalquivir si digo que Sevilla no tiene playa. Aunque sí mareas en el río, que son con sus subidas y bajadas como la nostalgia de la que Sevilla quizá tuviera un día a orillas del Lago Ligustino. Sevilla tuvo la Playa de María Trifulca, con fama de pecaminosa, por la Punta del Verde y ahora el Puente del Centenario. Y alcalde loquito hubo que quiso hacer una playa artificial por San Jerónimo. La playa de Sevilla más cercana estuvo siempre a 100 kilómetros por lo menos. Muchas presumían de ser "la playa de Sevilla". Sobre todo, Chipiona. Chipiona se gloriaba de ser la playa preferida por los sevillanos, donde más de ellos iban a veranear o a hacer de domingueros.

Pero eran otros tiempos, cuando las vacaciones de playa duraban cuanto menos un mes y algunas veces desde la Virgen del Carmen, cuando se inauguraba la temporada de baños, hasta San Miguel. Eran veraneos larguísimos, que duraban lo que las vacaciones escolares, y en los que se quedaba en la playa la madre con los niños, viniéndose a Sevilla los lunes el marido, que sólo pasaba allí el fin de semana más o menos largo y que constituía en Sevilla una figura que ha desaparecido del mapa: el solitario y juerguista "Rodríguez".

Pero aquellos eran los veraneos largos. Ya, todo lo más, la gente toma quince días de vacaciones de playa. Y no en un lugar determinado y preferido por los sevillanos, sino muy lejos a veces. Para mí que Chipiona ya no tiene la exclusiva de "la playa de los sevillanos" por la sencilla razón de que ninguna la ostenta. Le seguía en puesto de ascenso Punta Umbría. Que pronunciada en pijo era "Punta" a secas.

-- ¿Vosotros dónde vais?

-- A Punta.

En pijerío, el sitio a Punta Umbría se lo ha quitado ahora Sotogrande, que es "Soto":

-- ¿Y Cristina?

-- Está en Soto.

Ya no hay "playa de Sevilla". Los sevillanos nos desperdigamos ahora por muchísimas playas, empezando por las dos citadas, Punta y Soto, por no citar el Caribe y la Riviera Maya. Y por Vistahermosa, que es raro que no tenga su traducción pija y no sea "Vista". Y por todo ese litoral de Huelva, maravilloso, que arranca en Mazagón y termina en Ayamonte, donde están playas tan sevillanas como El Rompido o Cartaya. Luego está el borde moderno y de moda del Atlántico, que no es la deliciosa Playa Victoria de Cádiz, ni mi querida Caleta, sino más hacia el Estrecho: Caños de Meca, Bolonia, Zahara de los Atunes. Para terminar en la Tarifa de los vientos. Gente lista la tarifeña (que es marca de una melva canutera maravillosa). Tarifa ha hecho del molesto y por muchos odiado Levante una industria para hacer "surf", tabla de surf y "kite", esos paracaídas que llenan ahora la playa de los Lances y Valdevaqueros como si fuera un segundo desembarco en Normandía.

Otro eligen Portugal, hablan excelencias de Montegordo o de playas que están más allá, ya cerca de Faro. O incluso los hay que se van a playas del Norte, yo creo que mayormente para no quitarse la rebequita por las noches. Para amortizar la rebequita.

Y la más cercana a la ciudad, la que por excelencia era la playa de Sevilla: Matalascañas, ex Torre de la Higuera. De ser la playa de Sevilla, con un refinado proyecto de los suizos que era entre Sotogrande y Vistahermosa, ha pasado a ser la degradada playa, hasta con plazas duras para la solanera, de los pueblos cercanos. Es la playa de Bollullos Par del Condado, de Pilas, de La Palma, de Almonte. Playa para la que los que fuimos sus socios fundadores le pedimos, por favor, sombras y limpieza al Ayuntamiento de Almonte, que bien que nos cobra sus impuestos. Si Sevilla está sucia, la que iba a ser la playa de Sevilla, ni te cuento. Si no me creen, vayan a ver los aparcamientos de La Prensa. Tiene un ver tanta basura acumulada en una playa que, ay, nunca más será el refinamiento que proyectaron los suizos, que se fueron despavoridos.

 

 

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