ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla, 7 de octubre de 2019
                               
 

Un pregonero de la sociedad civil

Entre los tópicos sobre Sevilla, uno de los más divulgados es que aquí no hay sociedad civil, y, si existe, anda como remolona y acomodaticia, esperando a que todo se lo dé hecho el Ayuntamiento, la Diputación, la Junta o el Gobierno. Frente a ese tópico yo tengo mi teoría. En Sevilla sí existe sociedad civil. Lo que ocurre es que en nuestras contradicciones barrocas, la sociedad civil es religiosa. Las cofradías son la sociedad civil de Sevilla. Lo alcaldes lo saben bien: no se puede gobernar contra las cofradías, hay que tener mucho cuidado con esa sociedad civil cuando se toma una decisión. (A propósito: esta sociedad civil de las hermandades es la que ha producido el fenómeno de las bandas y agrupaciones musicales, que, curiosamente, ni civiles ni religiosas: van vestidas de militares, a cinco minutos de los Húsares de la Princesa o en evocación de la Caballería del Regimiento de Sagunto 7, el que guarnecía uno de los abandonados cuarteles de Bellavista, qué pena de edificios.)

Y sigo con el tópico de la sociedad civil. ¿No hay Sociedades Unipersonales en el Derecho Mercantil? Pues del mismo modo, en Sevilla tenemos Sociedades Civiles Unipersonales. Yo conozco a dos: Joaquín Moeckel y Julio Cuesta. Cada uno es una Sociedad Civil Unipersonal, que toma las iniciativas ante las que el personal remolonea y da la cara cuando todo el mundo está tapadito y no quiere líos. Moeckel, ya ven la que tiene organizada con el Festival Taurino nada aguado del día 12, a beneficio de las obras sociales de la Esperanza de Triana y de su cofradía del Baratillo. Y al otro ejemplo de sociedad civil unipersonal que cito, a Julio Cuesta, lo han elegido pregonero de Semana Santa. Hasta ahora nombraban pregoneros a sevillanos del mundo de las cofradías, a periodistas y otras gentes de mal vivir, a abogados ilustres, a médicos muy destacados en el mundo de las hermandades. Este año me parece que han elegido para que dé el pregón a la sociedad civil unipersonal de Julio Cuesta. Que de la Lucha contra el Cáncer a las bodas de plata de la Exposición de 1992, no hay asunto en el que no se meta para tirar del carro en esta capital de la indolencia.

A Julio Cuesta, por esto de la sociedad civil, no lo identifica la gente con las cofradías, aunque haya sido tesorero del Consejo e incluso culpable de que servidor diera el discurso de "Los días del gozo", pues fue quien vino a casa con Manolo Román para convencerme de que me metiera en el lío. Mira que Julio Cuesta ha sido del Consejo, como digo, y es hermano de tres simbólicas corporaciones del mejor cahíz, una de penitencia, otra sacramental y otra de gloria: El Baratillo, la Sacramental del Sagrario y La Pura y Limpia del Postigo. ¡Cualquier cosa! Pues nada. A Julio Cuesta la gente lo identifica con la Fundación Cruzcampo, donde se ha hartado de hacer favores y de prestar el salón de actos para todo tipo de presentaciones y eventos, incluidos muchísimos cofradieros. Yo recuerdo la presentación anual de la edición extra de Semana Santa de "Pasión en Sevilla", la revista de ABC, en la que Paco Robles pedía siempre una caña de espumosa en vez del vaso de agua de Antoñito Procesiones, diciendo que era como si en la Fundación Solán de Cabras pusieran cerveza a los oradores.

Así que felicito a Julio Cuesta, al que conozco, si hará tiempo, desde cuando trabajaba en el Consulado de los Estados Unidos y menos mal que no le levantaron el falso testimonio de que era agente de la CIA, como a tantos de aquella casa que Washington cerró en vísperas de la Expo. Por favor, Julio, no vayan a meter sorpresitas musicales, que a este paso vamos a terminar con el gaitero de la sidra tocando "Abelardo" cuando el pregonero hable del Recorrido de los Armaos. Ah, y tienes a tu disposición el chaleco anti-puñalás que me hice cuando di el pregón y que el año pasado le empresté a Charo Padilla. Verás cómo la guasa de Sevilla, tela, al final de tu éxito en el atril, en vez de eso de "ha sido un pregón muy sevillano", dirá: "Ha sido un pregón muy fresco y espumoso". Ah, y enhorabuena por tu autorretrato: «Soy un sevillano afortunado para el que el tiempo es el reloj de la Giralda».

 

Correo Correo Si quiere usted enviar algún comentario sobre este artículo puede hacerlo a este correo electrónico

         

 

 

                                      Correo Correo            

Clic para ir a la portada

¿QUIÉN HACE ESTO?

Biografía de Antonio Burgos


 

 

Copyright © 1998 Arco del Postigo S.L. Sevilla, España. 
¿Qué puede encontrar en cada sección de El RedCuadro ?PINCHE AQUI PARA IR AL  "MAPA DE WEB"
 

 

 


 

Página principal-Inicio