ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla, 20 de junio  de 2020
                               
 

Bienvenido, Mister Guiri

Igual que el Plan Marshall cuyos beneficios para la reconstrucción nacional nos perdimos tras la II Guerra Mundial, ahora estamos entre todos haciendo uno particular para tratar de recuperar la economía que se ha venido abajo con los tres meses de Estado de Alarma, con el confinamiento, con la clausura de empresas, con tantos males que casi han igualado a los sanitarios. Del Rey abajo, pasando por la CEOE, los partidos políticos, los sindicatos, las autonomías, los ayuntamientos, España toda tiene la recuperación como objetivo. Ha pasado el Estado de Alarma y empieza la Alarma de Estado, que veremos lo que sigue haciendo Sánchez con su gobierno de coalición cuyos socios y palmeros odian a España y a sus símbolos y esencias democráticos, empezando por la Constitución de 1978 y terminando por la Corona, tras pasar por el odio encubierto a instituciones patrias con el respeto y admiración de todos como la Guardia Civil, la Policía o las Fuerzas Armadas.

De modo que igual que aquel Plan Marshall de los americanos para levantar a una Europa destruida por la guerra, ahora todos estamos empeñados y esperanzados en un Plan Guiri para reactivar el turismo como motor de la economía. Las vueltas que da el mundo. Lo que ha cambiado todo en esto que indudablemente es un fin de ciclo o un cambio de era, aunque nos falte todavía perspectiva para verlo. Sin que se nos quite el miedo en el cuerpo que todos tenemos con el Covid dichoso. Me da no sólo miedo, sino pánico, que los que te hablan y te pintan peor el futuro inmediato de la epidemia no son los indocumentados que han recibido los escritos anónimos que suelen llegar en envíos indiscriminados por WhatsApp o Instagram. Lo que más miedo te da es hablar con un médico que sepa de qué va. Tras oírlo llegas a la conclusión de que quizá tengamos demasiadas alegrías, Macarena, y que la epidemia en un futuro inmediato no esté tan clara como la pintan, y más tras los rebrotes en Pekín, en la carnicería del norte de Alemania, o en una pensión del Campo de Gibraltar, sin ir más lejos. Todos nos hemos confiado más de la cuenta. Creemos que todo ha pasado. Al menos, lo peor. Pero qué vaya a ocurrir es algo que, como digo, los médicos que saben, ¿verdad, doctor Celso Pareja Obregón?, son los que te pintan con pinceles más pesimistas o al menos de imprescindibles precauciones que los insensatos incumplen.

Digo lo de las vueltas que da el mundo por que hace nada decíamos (y yo el primero; me acuso, padre) que estábamos convirtiendo a Sevilla en un Parque Temático para el turismo. Y con la mitad de hoteles todavía cerrados y los pisos turísticos de la gallina de los huevos de oro vacíos, ahora estamos suspirando para que el turismo vuelva. Para que retornen los guiris. Para que el arrastre de ruedas de maletas sea un sonido característico del Barrio de Santa Cruz y de todo el centro. Tanto es así, que en este almanaque sin fiestas con que nos hemos quedado, celebramos como un gran acontecimiento que mañana lleguen al aeropuerto de San Pablo los dos primeros aviones de turistas extranjeros. El uno, desde Amsterdam; el otro, desde uno de los aeropuertos de Londres. Nos falta un Berlanga que ruede ahora en Sevilla, como su "Bievenido, Mister Marshall", el "Bienvenido, Mister Guiri", de cuyas secuencias estamos todos pendientes, pensando lo mejor, adivinando síntomas de reactivación, como la próxima apertura del Hotel Alfonso XIII como buque insignia del turismo en Sevilla. Tanto es así, que venía la otra tarde por la Punta del Diamante, a la que ha vuelto la normalidad del vendedor de incienso y de los veladores al completo de La Canasta, y me encontré con una amiga, a la que con la mascarilla no reconocí. Pero supe quién era cuando me dijo, con toda su gracia familiar de Triana y con mucha alegría:

-- Mira, acabo de encontrarme con dos turistas llevando sus maletas de ruedas camino del hotel Doña María. ¿Y te quieres creer que me han dado tanta alegría que si no hubiera sido por las normas del distanciamiento personal le hubiera pegado dos besos a cada uno?

Lo que digo: de la turismofobia todos hemos pasado, y yo el primero, al "Bienvenido, Mister Guiri". Ojalá sean muchos, y cuando antes, los merecedores de esos dos besos.

 

Correo Correo Si quiere usted enviar algún comentario sobre este artículo puede hacerlo a este correo electrónico

         

 

 

                                      Correo Correo            

Clic para ir a la portada

¿QUIÉN HACE ESTO?

Biografía de Antonio Burgos


 

 

Copyright © 1998 Arco del Postigo S.L. Sevilla, España. 
¿Qué puede encontrar en cada sección de El RedCuadro ?PINCHE AQUI PARA IR AL  "MAPA DE WEB"
 

 

 


 

Página principal-Inicio