ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla, 23 de mayo  de 2021
                               
 

Tarbush y chapiri

Lo que mal empieza, mal acaba. En las relaciones con Marruecos, la presidencia de Sánchez no pudo empezar peor. Hasta entonces, la costumbre era que la primera visita al extranjero de los nuevos presidentes fuese a Marruecos, por la buena vecindad. Y más en este caso, en que tanto problemas larvados hay siempre con la nación que alcanzó la independencia de nuestro antiguo Protectorado. Muchos de los cuales resolvió en graves momentos el Rey Don Juan Carlos, levantando el teléfono y hablando con su "primo" el monarca marroquí. Ahora ha sido todo al revés. La diplomacia española no ha estado a la altura de las circunstancias de la dificultad de nuestras relaciones con Marruecos, y parece como si no nos perdonaran que Sánchez declinara estrenarse como presidente yendo a Rabat, con lo que le gusta un viajecito en Falcon a este hombre, y prefirió visitar antes a otros vecinos europeos.

Y así vino la invasión de Ceuta, que a muchos nos ha recordado los usos del gran chantaje de la Marcha Verde sobre el Sáhara, entonces una provincia española más. Ha sido una marcha verde pasada por agua, por la mar del espigón y la playa del Tarascal. Dificilísima de contener, por inadvertida y por aplastante. ¿Se le fue de las manos el asunto en la información previa a los servicios de inteligencia españoles? El caso es que hemos asistido en directo, a través de la TV y de las fotos de prensa, a una desgracia humanitaria preparada ante la pasividad de las autoridades marroquíes y de las fuerzas que guardan sus fronteras. En la que hicieron "jornada de puertas abiertas" para que entrara todo el munido. Aprovechando la desesperación del hambre. Hay que estar muy necesitado de todo para arrojar a tus hijos al mar para que alcancen la tierra prometida que los marroquíes ven en el paraíso de consumismo que se les presenta en las televisiones españolas que sintonizan.

Y aquí vino la improvisación española en contener esta invasión. Para la que se recurrió, como siempre, a la Guardia Civil y a la Policía Nacional, pero reforzadas esta vez por el Ejército. ¿Se imaginan la que habrían liado el propio partido de Sánchez y sus socios podemitas si quien hubiera estado en el poder durante la invasión de Ceuta hubiese sido el PP? ¿Qué hubieran dicho al ver que España enviaba a las Fuerzas Armadas, y colocaba con sus blindados BMR junto a la frontera?

Como de todo se saca algo positivo, ha sido digna de elogio la actuación del Ejército junto a la Guardia Civil y a la Policía, jugándose la vida para salvar a los invasores. Servir a los españoles, algo a lo que estamos acostumbrados al ver las boinas amarillo mostaza de la UME. Lástima que fueran todos en uniforme de campaña, porque no hemos visto el chapiri de la Legión ni el tarbush del Grupo de Regulares de Ceuta en acción humanitaria: "Fiel Regular hasta morir". Los que en los desfiles marchan los últimos por la cadencia de sus pasos han sido en este caso los primeros en jugarse la vida junto a las fuerzas de seguridad de Estado con un Gobierno que no se merece la abnegación y la obediencia constitucional de estas Fuerzas Armadas.

 

Correo Correo Si quiere usted enviar algún comentario sobre este artículo puede hacerlo a este correo electrónico

         

 

 

                                      Correo Correo            

Clic para ir a la portada

¿QUIÉN HACE ESTO?

Biografía de Antonio Burgos


 

 

Copyright © 1998 Arco del Postigo S.L. Sevilla, España. 
¿Qué puede encontrar en cada sección de El RedCuadro ?PINCHE AQUI PARA IR AL  "MAPA DE WEB"
 

 

 


 

Página principal-Inicio