Lo empecé a leer de niño, en el diario "Pueblo" de Emilio Romero, cuando había en España diarios vespertinos y aquel periódico de los sindicatos estaba instalado a la espalda del impresionante y casi moscovita edificio de la CNS en el Paseo del Prado. Entonces Tico Medina toreaba por colleras, como los rejoneadores: Tico Medina y Yale. Tico Medina era Escolástico Medina García, y Yale era Felipe Navarro García, a quien nadie recuerda ya como el padre de Julio Navarro, la periodista y novelista de éxito. Tico Medina y Yale con entrevistas entre amables y terribles, formaban como una pareja de policía malo y policía bueno. La parte de la bondad ni que decir tiene que pertenecía a Tico. El más completo todo terreno del periodismo que he conocido y leído y escuchado y visto en los periódicos, en las revistas, en la radio, en la televisión.
Tico era granadino y a orgullo lo llevaba. Y se le notaba. Era algo tan honroso como de pueblo. De Píñar, en los Montes Orientales de Granada. Al cambio, Tico era de Granada. Y más todavía que nazarí: andaluz. Llevaba a gala ser andaluz, y cuando escribía cosas de nuestra tierra tenían sus palabras un punto lirico de emoción y sentimiento que no se advertía en sus otros textos. Mucho se ha escrito del Tico entrevistador, de quien lo mismo le hacía un reportaje a Nixon que a Lola Flores. Se han enumerado todos los medios informativos por los que pasó, de Televisión Española a Canal Sur, de "¡Hola!" a "Blanco u Negro", de la COPE a Radio Nacional.
Pero había un Tico distinto al entrevistador, al narrador de la vida, al descubridor del lado humano de los personajes famosos. Era el rarísimo Tico articulista, que se le podía escuchar mayormente en sus comentarios de radio o de televisión, más que en la prensa escrita. Ahí echaba el resto de su inmenso dominio de la palabra, de su capacidad de comunicación de sentimientos, de emociones. Lástima que no se prodigara más en estos textos líricos, urgido por las exigencias de la actualidad con los personajes mundiales de fama que lo llevaron por medio mundo y parte del otro medio, o sea, por "ambos hemisferios", como decía la Constitución de Cádiz.
Para mí Tico era un poeta granadino a quien les exigencias de la vida llevaron primero al periodismo y luego a la entrevista o al dominio de todos los medios en el reporterismo más urgente. Dicen que Tico escribió su primer poema a los 7 años. Eran unos versos a un ciprés que compuso en casa de su abuela: «Yo ya quería contar cosas y contaba todo lo que había a mi alrededor», confesó. Para mí que las primeras las contó en verso, hasta pasarse al reporterismo de éxito y miles de lectores. ¿Va a escribir a los 7 años un poema al ciprés y no le va a hacer luego un poema a su novia primera? No me lo creo. Tico era de la Poesía Secreta, y en su palabra, tan lírica, se veía. Debió de escribir algún libro de versos en su adolescencia, que desconocemos. A ver si algún estudioso de la Literatura encuentra sus versos de adolescente en alguna ya olvidada revista poética granadina.
Correo
Si quiere usted enviar algún comentario sobre este artículo puede hacerlo a este correo electrónico
