ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla, 8 de noviembre  de 2021
                               
 

Globalización a la sevillana

Ha sido como un medidor de popularidad y de sevillanía. En los traslados en las horas de luz de la tarde del Gran Poder a todas les Sevillas de las que es Señor, durante la misión evangelizadora conmemorativa de los 400 años de su jechura por Juan de Mesa, y en su triunfal ida hacia la Catedral, han aparecido unos personajes sevillanos que siempre van ligados de las grandes bullas nuestras callejeras: los tíos de los globos. Hacía tiempo que no los veíamos. Los tíos de los globos del Domingo de Ramos, de la salida de las cofradías de barrio por la tarde, y, sobre todo, de su gran día de la Cabalgata, donde venden para los niños muñecos inflables de los personajes de actualidad en los dibujos animados infantiles o en los cuentos de moda. Durante la pandemia y los confinamientos y restricciones, los tíos de los globos también han cerrado, vamos, que no tenían bulla con tambores y cornetas o carrozas y caramelos donde aparecer, siempre temerosos de que vengan los guardias municipales y les intervengan su mercancía. Han tenido los tíos de los globos, como comerciantes del sector servicios que son, su lucro cesante durante la pandemia, con el hecho en su contra, al revés de la hostelería, de que no han podido sacar más veladores a la calle, porque no había ningún acontecimiento donde se congregase la bulla de la que dependen como nicho de mercado, que diría un economista cursi. Y los traslados del Gran Poder han sido para ellos como la recuperación parcial de todo lo que dejaron de ganar los dos años sin Semana Santa y sin cofradías.

El tío de los globos es un símbolo de Sevilla en fiestas, como las almendras garrapiñas del Domingo de Ramos o los puestos de turrón de la Feria. Por eso me ha dado alegría, se lo confieso a ustedes, verlos con sus grandes manojos de globos de colores ascendiendo entre la bulla al aire.

Si insólito ha sido ver al Gran Poder en las parroquias llenas de los Tres Barrios cuyo estigma de mala fama les ha quitado, o por calles por las que nunca pasó, o por el Puente de los Bomberos con la luz misma que la cofradía de San Bernardo el Miércoles Santo, más ver al Señor de Todas las Sevilla con un fondo de manojos de globos por la Ronda del Tamarguillo, por Marqués de Pickman, por Los Pajaritos. El tío de los globos ejerce su actividad durante el día, especialmente a la caída de la tarde, y sabe dónde se mete. En la Madrugada, está en la entrada de la Macarena, pero nunca cuando pasan El Silencio o el Gran Poder. Seguramente es vecino de los propios Tres Barrios y sabía que era su gran oportunidad la presencia del Señor. De ahí lo insólito. Nunca habíamos visto al Gran Poder en una bulla con un fondo de vendedores de globos para los chiquillos, como podemos ver el Domingo de Ramos al Señor de las Penas de La Estrella en el puente o por la Puerta de Triana. Con guasa de la tierra diríamos que ha sido la globalización a la sevillana de los traslados del Gran Poder. En los grandes acontecimientos populares, una buena bulla sin el tío de los globos, ni es bulla ni es nada.

 

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