ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  13 de enero  de 2022
                               
 

Enero, mes de Sevilla

Si nos preguntan cuál es el mes de Sevilla, lo más seguro es que digamos que el marzo de la Semana Santa o el abril de la Feria, que este año cae en mayo. Esos son los meses en que la ciudad está en todo lo suyo, esplendorosa, florida de primavera, de fiestas. Pero si admitimos que Sevilla es más romana de lo que se piensa, ese mes no puede ser otro que el presente de enero. ¿Por qué? Porque este mes, "Januarius", era el que los romanos dedicaban a Jano, el dual dios de las dos caras, como Sevilla. Como marzo era el mes de Marte o junio el de Juno. Jano era un dios estrictamente romano, sin correspondencia en la mitología griega. Jano era el dios de las puertas, no sólo en sentido físico, sino vital. El dios de los cambios, los pasos y las transformaciones, por eso a él se consagraban las puertas y umbrales. Simbolizaba el devenir de la vida, la evolución, y por eso tiene dos caras, representando la incertidumbre de lo que está por venir. Pero sobre todo nos interesa desde el punto de vista sevillano que Jano era el dios de las dos caras, la perfecta representación de lo que, como nuestra ciudad, es dual.

Por eso quizá el Marqués de Tarifa, al hacer el patio de la Casa de Pilatos, puso a Jano coronando la fuente central. Ese Jano de la Casa de Pilatos con sus dos caras y la Giralda dando vueltas y orientándose según soplan los vientos creo que son los dos mejores símbolos no sólo de Sevilla, sino del carácter de los sevillanos. Sevilla es así, dual y voluble, porque así somos los sevillanos, contradictorios y tornadizos. Sevilla es una ciudad "romana y mora" como canta el tópico en tantas coplas populares. A la vez, barroca y clásica, romántica e ilustrada. No voy a repetir aquí, por sabida, la letanía de las dualidades y oposición de contrarios de Sevilla, que si Sevilla y Betis, que si Macarena y Triana, que si cofradías de capa y cofradías de cola, que si Semana Santa y Feria. Pero es una invariante, que permanece en el tiempo, la oposición de contrarios como característica de Sevilla. Que afacta hasta a la política. Para mí que el nuevo alcalde se inspiró en Jano para su discurso de investidura y para sus primeros pasos en la política. Es más, también veo una sevillanísima dualidad entre Juan Espadas y su sustituto Antonio Muñoz. Espadas era un alcalde clásico y Muñoz lo que entendemos por un alcalde moderno, abierto a todas novedades y cambios de la sociedad. Y, a su vez, un alcalde con una política dual, lo que le permitirá rebañar votos por ambas caras de la ciudad. Para mí la Sevilla dual de Jano, en este enero a él dedicado, es Antonio Muñoz visitando los comentos y enterándose de las necesidades de las monjas para la ayuda del Ayuntamiento y luego ocupándose de los problemas de financiación de los túneles de la S-40, cuya solución va a tardar más que las obras del puente. Muñoz reuniéndose con los sindicatos municipales y Muñoz pronuciándose sobre la Feria de 2022 es la mejor puesta al día del sevillanísimo Jano romano. Más sevillano que la Venus de Itálica, dónde va a parar...

 

 

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