ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla, 5 de febrero  de 2022
                               
 

Sevilla, territorio literario

Llega a las librerías el tercer tomo de las obras completas de Antonio Rodríguez Buzón, a quien la dedicación y reivindicación del filólogo José María Barrera, responsable de la edición de estos tres volúmenes, nos lo libera del tópico de pregonero de cofradías y de la raya en el agua que fue aquel suyo de 1956 en el Teatro San Fernando, del que lo sacaron a hombros, y eso que no tenía Puerta del Príncipe, y nos presenta a Rodríguez Buzón en toda su grandeza de poeta, por encima de los pregones. Y me llega la noticia de esta venturosa tercera entrega de las Completas de Rodríguez Buzón a la vez que un personalísimo libro de mi admirado Andrés Amorós, "Las cosas de la vida: guía para perplejos", donde encuentro una apreciación que suscribo: nada más universal que lo local. La tierra que tienen bajo sus pies alimenta las obras y el mundo literario de muchos autores. Amorós hace una geografía de urgencia de estos territorios literarios: "En sus libros, William Faulkner nos traslada al condado sureño de Yoknapathawpha; García Márquez, al mundo mítico de Macondo; Juan Rulfo, al fantasmal pueblo de Comala. Toda la extraordinaria obra de José Pla sería ininteligible al margen de su Costa Brava. No puedo imaginar a Joaquín Romero Murube escribiendo lejos de su Sevilla." Y antes refiere el caso de Delibes: "Los grandes escritores suelen alcanzar la universalidad justamente profundizando en sus raíces: Miguel Delibes, por ejemplo, nos deleita contándonos sus "Viejas historias de Castilla la Vieja". Si él hubiera abandonado Valladolid, aceptando la oferta de ir a dirigir un periódico madrileño, es casi seguro que eso hubiera resultado bastante pernicioso para su creación literaria".

Como el Macondo de García Márquez, Sevilla es uno de estos grandes territorios literarios que alientan la obra de un escritor. Amorós habla de Romero Murube, pero ¿sería concebible la obra de Cernuda sin Sevilla? Hasta cuando culpa del famoso "error de amor" a José María Izquierdo por haber permanecido aquí, se acuerda de su Sevilla, sin la que no es pensable "Ocnos". ¿Y Rafael Montesinos? ¿Es concebible la obra de Montesinos sin la nostalgia perenne e irreparable de Sevilla? Autores que no solamente entregaron a Sevilla todo lo mejor de su obra, sino que su propia tierra alimentó su escritura. Piensen en Rafael Laffón, en Juan Sierra, en Manuel Halcón, en Chaves Nogales, en Grosso, en Barrios, en todo el grupo Mediodía, en los poetas de la Generación del 50. Sin Sevilla, su obra habría sido otra cosa. Son estos escritores que han tenido a la ciudad como su territorio literario creadores del paraíso soñado, como nuevos Hércules fundadores de Sevilla, a la que cercan de los "muros y torres altas" de sus poemas y sus novelas. (Por cierto, que uno de estos autores que tienen a Sevilla como territorio, por lejos que estén de ella, el poeta Manuel Mantero, profesor emérito en Georgia (Estados Unidos), me tiene muy preocupado. Suelo cartearme con él, pero hace tiempo que ha dejado de dar sevillanísimas señales de vida. Le escribo reiteradamente y no contesta. ¿Está en el hospital? ¿Qué le pasa? ¿Sabe algún lector algo de Manuel Mantero? El territorio literario de Sevilla tampoco se comprende sin él).

 

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