ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  17 de mayo  de 2022
                               
 

El tercer carril rociero

Sí, estamos de un rociero subido. Es lo propio: "Cohetitos van y vienen, que la Virgen va a salir". Si ayer veíamos el blanco Almonte de las arquitecturas efímeras en honor de la Virgen, hoy vamos con la carretera. No con los caminos clásicos, como el Camino de los Llanos. Con algo mucho más prosaico: con la carretera A 483, la que va de Almonte al Rocío, así de estrecha, que origina esos embotellamientos cuando las calzadas de la autovía han de estrecharse en dos carriles, y con la velocidad máxima tan tasada que no permite los adelantamientos, las retenciones están aseguradas. Y nada digo de esa misma carretera cuando sigue del Rocío hacia la Playa, como llaman los almonteños a Matalascañas. Los embotellamientos y las largas colas de retenciones están aseguradas aunque no sea fin de semana. No hay ninguna playa de las cercanas a Sevilla en las provincias de Cádiz y de Huelva que no esté prácticamente a pie de autovía, sólo Matalascañas. Con lo cerca que está de la capital, sufre este castigo. Y es una pena, porque vas por esa carretera, ¿qué te digo?, a la altura del Cortijo de los Mimbrales, y ves que a ambos lados hay espacio baldío suficiente como para ampliarla en autovía, en cuatro carriles. Pero, ay, los ecologistas se opusieron tenazmente a todos los intentos que hubo de ampliarla. No sé cuántos muertos en choques por la estrecha carretera han hecho falta para que por fin se vaya a hacer un ensanche. La Consejera de Fomento ha confirmado que el desdoble de la A 483 estará licitado antes del final de la legislatura y que las obras del intercambiador de la aldea del Rocío comenzarán en dos meses.

Así que unan a la carriola rociera el carril rociero, este futuro ensanche que va de Almonte a la aldea. Por fin la idea ansiada por los rocieros y por los veraneantes de Matalascañas, así como por todos los pueblos del contorno, toma cuerpo, a pesar de los que los ecologistas son capaces de mantener esta carretera en tan peligroso como mortal estado hasta el infinito.

Y no fueron sólo los ecologistas los que se opusieron a la carretera que bordea el Coto. Sí, haber hecho la entonces llamada "Urbanización Playas del Coto de Doñana" fue una barbaridad, ahora impensable. Le quitaron un triángulo de salida al mar a la reserva natural, con vistas a la especulación. La carretera, terriza al comienzo, fue fundamental para cometer esta barbaridad. Cuentan que a cargo de una empresa suiza, con la connivencia del Gobierno de la dictadura y de su ministro de Turismo, Fraga. Si para los ecologistas Matalascañas fue una barbaridad, para los viejos rocieros la carretera fue como una profanación de las tradiciones de las arenas. Se cantó una sevillana de los Hermanos Reyes que parecía escrita por los ecologistas, cuando lo era de los viejos rocieros: "El que quiera ir al Rocío/que vaya por las arenas,/no vaya a ser tan malaje/de ir por la carretera". ¡Pues no ha costado vidas la carretera malaje que ahora por fin se ensancha, aunque sea de momento sólo un carril! Principio quieren las cosas. Aquel Rocío sin carretera, sin luz, sin agua, sin teléfono, no tiene nada que ver con los masivos tiempos que corren. Bienvenido, pues, el tercer carril, tan rociero como una carriola.

 

Correo Correo Si quiere usted enviar algún comentario sobre este artículo puede hacerlo a este correo electrónico

         

 

 

                                      Correo Correo            

Clic para ir a la portada

¿QUIÉN HACE ESTO?

Biografía de Antonio Burgos


 

 

Copyright © 1998 Arco del Postigo S.L. Sevilla, España. 
¿Qué puede encontrar en cada sección de El RedCuadro ?PINCHE AQUI PARA IR AL  "MAPA DE WEB"
 

 

 


 

Página principal-Inicio