ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  24 de octubre  de 2022
                               
 

Sevilla, ciudad universitaria

En el ABC del otro día, un anuncio de la Universidad de Sevilla a toda página. De la Hispalense de toda la vida. Con el logotipo que sustituyó al sello clásico que era como el de la ciudad: San Fernando de charlita con San Isidoro y San Leandro. Y con el logotipo de una U de Universidad escrita con un tipo de letra que nos recuerda a las universidades americanas, y con el Ángel de la Fama de la portada del Rectorado, estatua que la Hispalense heredó de la Fábrica de Tabacos y tomó como suya. Y que hay guasón que dice que no es la alada Estatua de la Fama tocando la trompeta, sino que se está fumando un porro trompetero, que no es lo mismo.

En ese anuncio viene la fotografía un alumno universitario con sus cascos de oír música al cuello, leyendo su teléfono móvil, y un lema a él dirigido: "Tú eres el alma de la US". Y después, la explicación que hace el Alma Mater hispalense: "En torno a 70.000 estudiantes llenan las calles de la ciudad. Universidad de Sevilla, alma de la ciudad". El anuncio me hace pensar en algo que no solemos tener en cuenta a la hora de hablar de la presente hora de Sevilla, de sus problemas, de sus esperanzas, de sus proyectos, de sus carencias, y, también, de sus grandezas y singularidades. ¿Han ido por la mañana, hacia las 9, por las calles del Sector Sur que llevan de La Palmera a Reina Mercedes? Cada paso de peatones es como una bulla de estudiantes, camino de sus clases en el "campus" de Reina Mercedes. Algo por el estilo ocurre en los alrededores de Viapol, donde cientos de estudiantes van a aquel "campus", de Derecho y Económicas. Y nada digo de la Macarena y la Facultad de Medicina. Por no citar el Museo del Louvre (perdón, error y guasa), digo, la antigua Fábrica de Tabacos, donde aún funcionan Facultades humanísticas.

Pero esto es sólo la Hispalense. Sumen la otra Universidad pública de Sevilla, la Pablo de Olavide, la UPO, tan mimada por el anterior régimen socialista andaluz. Y añadan a las privadas, en cabeza de las cuales, como antiguo alumno de la Compañía, me quedo con la Loyola. Sin olvidar a la San Pablo-CEU y al resto de Universidades de instituciones privadas, entre las que no olvido la Facultad de Teología creada por monseñor Asenjo. Todo un panorama de gran ciudad universitaria. No sé exactamente con cuántos miles de alumnos, pero si ponemos 100.000 entre unas y otras no nos quedaremos cortos. Es lástima que Sevilla no sepa casi nunca valorar en cuanto supone de privilegio este tesoro de talento y de presencia de chavales jóvenes de nuestras universidades. Parecería que se están haciendo muchas residencias universitarias, quizá demasiadas, pero hay que considerarlo por el otro lado: por esta expansión universitaria de la ciudad, limitada hace poco a las solas facultades de la Hispalense. Igual que del turismo, hay una parte de Sevilla que vive de las Universidades, de los estudiantes de fuera de la ciudad que vienen aquí a estudiar. La Hispalense es la vieja "alma mater", sí, pero hay todo un panorama de creación de riqueza futura y de momento presente en esta callada e imparable conversión de Sevilla en una gran ciudad universitaria, que ya es una realidad, no un inalcanzable proyecto.

 

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