Y no se trata, líbreme el cielo, del indulto de Griñán. Es más sevillano y nuestro. Verán. Sevilla, aparte de Parque Temático Turístico, o precisamente por eso, es la Ciudad de los Veladores. ¿Cuántos veladores hay en las terrazas de los bares y restaurantes? ¿Se sabe el número? El Ayuntamiento sí lo sabrá, porque cobra las tasas por ocupación de la vía pública. Lo que sí sabemos todos es que el velador le da un valor añadido a un establecimiento de restauración. Quizá la gente crea que fuera te van a cobrar menos que dentro en una mesa. O será por las condiciones del buen tiempo que fuera se disfrutan, cuando las hay, o de las estufas que te calientan, cuando llegan los birujis y toda Sevilla es Matacanónigos.
El caso es que hay unos veladores que se escapan a esta norma protectora de la sevillana restauración. Parecen perseguidos. De hecho lo son y lo han sido: los veladores de la Confitería La Campana. El Ayuntamiento deja poner veladores poco menos que en el Patio de los Naranjos y sin embargo ha prohibido los de la centenaria Confitería La Campana, comercio histórico que merecería ser declarado Bien de Interés Cultural y protegido en toda la belleza de su decoración modernista. O con ayudas para su supervivencia, y que no le ocurra como a tantos otros establecimientos históricos con solera, que tal como están las cosas tienen que terminar por cerrar para siempre, por aquello de "el último que apague la luz" que con tanto acierto decía el camisero Javier Sobrino enumerando las dificultades que ha de superar todo aquel que no venda algo por Internet.
Me escribe don Borja Hernández Medina, de la familia de los Hernández que han mantenido abierta La Campana de toda la vida, y me dice: "La única vía para conseguir la vuelta de los veladores a la Confitería es haciendo una excepción cultural. Para ello, es necesario demostrar que los veladores llevan funcionado más de 40 años. Tirando de la hemeroteca de ABC, he encontrado un artículo de la Confitería donde aparece la imagen de la terraza, de fecha 11 de noviembre de 1985. Me faltan 3 años para los 40. En la Gerencia de Urbanismo no existe registro de veladores anterior a 1990. Yo creo que la terraza de veladores debe de estar desde finales de los 70. Me consta que usted frecuentaba la terraza. ¿Desde qué fecha tiene usted recuerdos de la terraza? Si tiene usted recuerdos de la terraza anteriores a 1983, ¿sería tan amable de dar fe de ello?". Pues doy fe, don Borja: ¿dónde hay que firmar para pedir el indulto de los veladores de la Confitería La Campana? Los veladores pegados a la fachada modernista de la confitería estaban allí mucho antes que Curro el de los Periódicos se trasladara a su puesto desde la esquina de Sierpes con Rafael Padura. Tienen, por tanto, esos 40 años de prestigio histórico que Urbanismo pide para su indulto. Lástima que hayan desaparecido tantas personas que hacían tertulia diaria en esos veladores, que lo corroborarían. Así que si es por dar fe para que Urbanismo indulte a esos veladores y vuelvan a La Campana, aquí queda mi testimonio en tiempo y forma. Suerte.
Correo
Si quiere usted enviar algún comentario sobre este artículo puede hacerlo a este correo electrónico
