ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  26 de diciembre  de 2022
                               
 

Jueces sólo jueces

A la división de poderes sólo le ha faltado el obituario y habrá que estudiarla en los libros de Historia del Derecho. Y habrá que buscar allí qué era el delito de sedición o la malversación de fondos y cuanto el sanchismo ha borrado del mapa del Derecho. Sí que tienen trabajo los historiadores del Derecho nada más que con las tropelías cometidas en estas prisas de la puerta de atrás antes de que acabe el año y empiece en firme la campaña electoral en la que hace mucho tiempo que estamos (desde el voto de investidura de Sánchez) y lleguen las autonómicas y las municipales. Pero ha habido algo en cuya gravedad no hemos valorado durante todos estos aciagos días de tantos derechos fundamentales pisoteados y tanto asalto a la división de poderes, y de tanto ponerle tricornio de golpista a los jueces, que actúan siempre en aplicación de la ley y según su conciencia. Es lo de "jueces progresistas" y "jueces conservadores". Todo el mundo lo ha dicho y escuchado como lo más natural. Como si en vez de jueces con las oposiciones de su carrera ganadas y el largo ejercicio de la Justicia por esos estrados en sus destinos anteriores fuesen militantes de los partidos puestos a dedo, estómagos agradecidos a quien los colocó.

En el fondo es tan antinatural como si hablásemos de médicos conservadores y médicos progresistas, que cuidasen de tu enfermedad según las instrucciones de sus partidos. ¿Se lo imagina en el centro de salud, la pregunta del asegurado que aguarda su turno en la sala de espera?

-- El médico de la consulta 25, ¿es conservador o progresista?

Es médico. Como el juez debe ser juez a secas, y no moneda de cambio para los trapicheos de partido entre conservadoras y progresistas. Y que debe aplicar la ley e impartir Justicia, no consultar al partido para ver qué tiene que hacer o postura a adoptar según en el argumentario ideológico del día. ¿Dónde está la independencia, dónde la imparcialidad, en este triste panorama en que se dan por buenas las palabras que tan caras en años de cárcel le costaron a Pedro Pacheco, como venganza por haber descrito la realidad de la Justicia? Cuando Pacheco dijo aquella frase, nadie hablaba de conservadores y progresistas, y miren cómo era ya aquello. Así que deduzcan en la situación que estamos. Y que todo el mundo da por válida, como lo más natural del mundo. Pintan el símbolo de la Justicia con los ojos vendados, pero en la práctica hemos visto que a los honorables jueces los han puesto como el caballo de un picador, según conviniera a los partidos para dónde pudieran mirar, si a la izquierda o a la derecha. El catedrático Andrés Ollero Tassara, mi querido compañero de curso en los Jesuitas, en el libro de sus "Votos particulares", ha dicho sobre el Tribunal Constitucional del que fue magistrado a secas, ni progresista ni conservador: «Se ha entrado hasta la cocina en el intento de presionar al TC». Y todo porque no se ha tenido en cuenta lo fundamental: ni progresista ni conservador; el juez ha de ser independiente e imparcial y no permitir recibir instrucciones de los partidos.

 

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