Antonio Burgos / Antología de Recuadros

Diario 16,  8 de julio de 1993

Antonio Burgos

El PER de los señoritos

 

Andalucía se escribe Andaluñía en los teclados de los desordenados ordenadores de la Comunidad Económica. Y como los ordenadores dichosos no están programados para la eñe, pues no saben, no contestan, o contestan que no entienden de barcos del arroz, y de momento Bruselas no saben de quién son esos olivos de los aceituneros altivos de Jaén. Llamarse Peña, Muñoz, Cañizares, Piñero o Peñalver es una forma como otra cualquiera de no estar en Europa. Por mucho que se hartara de ganar etapas del Tour antes que Miguelón, Bruselas no se enteró que existe Ocaña, ni sabe quién es Marina Castaño, ni qué club preside el señor Núñez, ni quién fue el doctor Marañón, ni a qué monte tiraba Piñar, ni cuál es la legionaria de Quiñones, ni siquiera sabe quién vive en la casa de las Dueñas. Un millón setecientos mil kilos de aceite por cobrar hasta que en Bruselas encuentren las triquiñuelas, sin eñe, para que los olivareros señores que se llaman Peña y Ocaña puedan completar la hazaña de cobrar las primas de campaña.

¿Ah, pero el aceite de los montes del Santo Reino se cobra en Bruselas? Todo lo del campo se cobra ya de Bruselas, mi querido amigo, con eñe o sin eñe. Lo que pasa es que no nos hemos enterado hasta que los ordenadores han pegado el pitido con las penas de los Peñas y con los coños que han soltado los Ocañas cuando han sabido que no cobraban. Como Andalucía se escribe con eñe también en los teclados de los ordenadores y de los ordeñadores de los tópicos españoles, no se sabe de la misa la media. Mucho hablar del PER, del voto cautivo, del paro subvencionado y de los parados en nómina, pero nadie dice, y lo afirmo ahora, que más vergonzante todavía es el PER de los señoritos andaluces, que haberlo haylo.

Gracias a que Bruselas no tiene en sus ordenadores bicarbonato gramatical para digerir la eñe se ha podido enterar España entera que también existe el PER del señorito. La ventanilla del PER del señorito no está en el Ayuntamiento donde el señor alcalde firma las peonadas, sino que anda un poquito más lejos, en Bruselas. Pero igual que el bracero cobra el subsidio y vota al PSOE, el señorito cobra la ayuda comunitaria, el fondo estructural, el plus de productividad, lo que haga falta, y encima vota el tío al PP...

No se dice, porque no se conoce, pero entre todos estamos creado un campo burocratizado, una enorme reserva ecológica subvencionada, donde no hay ni empresarios agrícolas ni jornaleros, sino funcionarios, vamos, que ni en los mejores tiempos de los koljoces soviéticos. Si el bracero andaluz piensa en cobrar el PER y el señorito del cortijo piensa en cobrar las subvenciones de Bruselas, ¿quién piensa en el campo? Pues nadie. La palabra "productividad" ha desaparecido del mapa al sur de Despeñaperros, que también, vaya por Dios, se escribe con eñe. No se siembra lo que más produce, lo que mejor se paga: se siembra lo que esté más subvencionado por hectárea según las planillas burocráticas de Bruselas. Que se recoja o no se recoja, que paguen buen precio o no lo paguen, que llueva, ventee, haya pedrisco, sequía o caigan chuzos de punta, al señorito del PER poco le importa. Dice como el carpintero del confesionario del chascarrillo: "Por mi como si te machacas las dos mil hectáreas de girasol, total, yo ya las he sembrado y voy a cobrar una prima que verás tú qué veraneo me voy a pegar en Marbella..."

Toda Andalucía está sembrada de girasol, y no porque le tengamos una especial afición a este cultivo, ni porque ponga bellísimos los campos de amarillo, sino porque me imagino yo que es el que más prima y subvenciona Bruselas. El cultivo del girasol, por lo visto, no tiene el menor problema de eñe para cobrar las mangoletas varias de la Comunidad Europea. Y como no lo tiene, por eso no nos enteramos del daño social que está haciendo nuestra entreguismo en Maastricht, que nos ha dado, sí, una casta de jornaleros funcionarios, pero también la triste burocracia acomodaticia y de cigarra del PER de los señoritos.


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