Anécdotas y Curiosidades de Semana Santa

Recogidas por Antonio Burgos con las aportaciones de los lectores de "El RedCuadro"

 

a3abvert.jpg (27156 bytes)

Todos los viernes del año

(Nuestro Padre Jesus de Utrera, conocido como "Jesus de la Verea")

 


Mi infancia son recuerdos de color morado; de tardes de Viernes en
que finalizaba la semana escolar en esa Gran casa Salesiana de todos. Sólo
había que cruzar la vereda, con cuidado para evitar accidentes, y así llegar
a la entrañable capilla de San Bartolomé, tan pequeña como mi edad y tan
acogedora como mi propia casa.
Mi Padre me enseñó desde pequeño ese ritual que sólo el pueblo de
Utrera conoce, sólo las gentes sencillas de mi pueblo saben desde cuándo se
cumple y cuál es su liturgia. Ese contínuo desfilar de personas ante la
imagen del "Jesús de la Verea" constituye la verdadera procesión. Es la
explosión de la fé de un pueblo, la esencia misma de una devoción arraigada
y profunda que se manifiesta todos los viernes del año.
Muchos de los que lean esta crónica de un Viernes cualquiera, sabrán
lo que es ir a "Jesús", cogidos de la mano de sus padres, sabrán lo que es
ese olor especial a cera y flores que tiene "la hermandad", que cuando
entras en élla, y que aunque sea Agosto, su olor te transporta a la Mañana
Grande del Viernes Santo. Muchos de vosotros habréis experimentado esa
sensación tan agradable del comienzo del fin de semana junto con la visita a
"nuestra" capilla, y muchos también habremos crecido con el referente del
color morado y del frío de la mañana de Viernes Santo amaneciendo en mitad
de una nube infinita de incienso y de sueños.
Pero el tiempo pasa rapidamente, que 20 años no es nada, y aquel niño
que cruzaba cautelosamente la vereda, se convirtió en un joven hermano
costalero, y al ritual de cada viernes, ya en cuaresma, se unieron tactos de
lino y alpargatas de esparto. Son recuerdos de ensayos de costalero, de
locuras de juventud en las que todo era posible, incluso conseguir un paso
de Semana Santa para que "El Señor" entrase como merece en su 400
aniversario y en el siglo XXI.
La nostalgia de esos viernes de costalero hace que se me haga un
fuerte nudo en la garganta cuando vuelvo la vista atrás y contemplo esa
senda que nunca he de volver a pisar. Eran tardes cuyas puestas de sol iban
alargando los días, impregnando de rojo el cielo de la vereda, como
queriendo anunciar una próxima primavera. Eran recuerdos de amigos, de
hermanos, de tertulias y todo ello con los ecos de fondo de las bandas de
cornetas y tambores que ensayaban en Consolación, nostalgias de tiempos
grabados a fuego en mi memoria.
Hoy ya no calzo alpargatas de esparto, aunque siga cruzando con
cuidado la Vereda, ya no ensayo el paso racheado ni me pongo un costal que
ahora guardo entre mis mas preciados recuerdos, hoy se ha consumado el
relevo, ahora soy el padre que lleva a su hijo de la mano, como hizo mi
padre, y antes que él mi abuelo, para que la historia se repita, para que
fluya la vida y nos podamos bañar varias veces en el mismo rio, para que no
se rompa la cadena de la devoción y para que mi hijo forme parte ya de una
procesión cuyas papeletas de sitio se reparten todos los viernes del año.

Javier de Quinta Frutos dequinta@agp.servicom.es

(Publicado en Via Marciala, octubre 1997, número monográfico dedicado a los 400 años de Jesús de la Verea)



l ario dipuAtado de Cruz del Calvario


 Volver a   ANECDOTAS Y CURIOSIDADES DE SEMANA SANTA

Volver a RECUADROS DE SEMANA SANTA

Volver a la portada de El RedCuadroVolver a la página principal