El poder como pelotazo

"El jefe de la Casa del Rey es un jefe de negociado
comparado con la secretaria de cualquier
personajillo del poder periférico"

LLegó su Majestad el Rey a la puerta de la Diputación de Cádiz, donde iba a inaugurar la exposición del centenario de Pemán de cuyo vídeo hablé en estos Apuntes del natural semanas atrás, y se adelantó a recibir al soberano el presidente provincial. Tras los cumplimientos, le dijo, mientras avanzaban hacia el interior del edificio:

-¿Le importaría al Señor que le presentara a mis secretarias?

Bueno, seguro que así no lo diría, porque aquí en tercera persona muy poquita gente sabe hablarle al Rey, que es el monarca que más veces ha oído lo de usted en toda la Historia de España. El caso es que el Rey, como sabe hacer estas cosas, fue saludando a todas las secretarias del presidente de la Diputación de Cádiz, y estaba harto de dar manos cuando le preguntó a Rafael Román:

-Rafael, ¿pero cuántas secretarias tienes?

-Ocho...

-Anda, si tienes más secretarias que yo...

Y más jefes de protocolo, y más jefes de gabinete, y más jefes de relaciones corporativas, y más asesores de imagen, y más de todo que el mismo Rey tiene cualquier mindundi autonómico, provincial o local en esta España de las Administraciones hipertrofiadas, que no hay dinero en el mundo para alimentar a esta hidra de diecisiete cabezas. Así tenemos el déficit publico que tenemos, ¿no lo vamos a tener? ¿De qué vale que el Gobierno central predique y practique la moderación en el gasto y el "se acabó la diversión, llegó el comandante Rato y mandó parar", si en las parcelas de poder en manos de los anteriores se sigue tirando el dinero de la forma más disparatada, como si no hubiera acabado el 92? ¿Quién ha dicho que la llamada cultura del pelotazo ha pasado a mejor vida? Muchos siguen pegándose esa mejor vida, gracias a la práctica de esa cultura del pelotazo, el pelotazo de tener el poder, ¿les parece poco pelotazo el que han dado algunos a quienes por su fidelidad a la causa pusieron primeros de las listas?

Cuando me entero del tren de vida que, por ejemplo, tiene Chaves como presidente de Andalucía, me parecen gotas en el océano todos los ahorros del gobierno central. ¿Qué digo tren de vida? Eso es Ave de vida por lo menos, qué velocidad tirando el dinero para decir, aquí estoy yo, para que luego, cuando tiene que estar, como en Jerez cuando la Fórmula 1, como nadie se lo cree, pues lo ponen donde lo tienen que poner. No me lo puedo creer, pero me dicen que Manuel Chaves, en su palacio de San Telmo, tiene tres cocineros para que no farte de ná en el comedor de invitados, ya sé, la representación, el poder y todo lo que ustedes quieran... Pero, díganme: ¿cuántos almuerzos en Zalacaín se comen tres cocineros solamente en sueldos y en seguros sociales? Más barato nos saldría que le llevaran todos los días la comida directamente en avión desde La Meridiana de Marbella o desde el restaurante andaluz con más soles en la guía Michelin.

Y quien dice cocineros dice secretarias. Fernando Almansa, el jefe de la Casa de Su Majestad el Rey apenas es un jefe de negociado comparado con los medios y el personal que tiene a sus órdenes la secretaria de cualquier personajillo del poder periférico. Me han dicho que contar las secretarias que tiene a su servicio la secretaria de Chaves es tarea tan ardua como contar los innumerables mártires de Zaragoza. La prueba la tenemos cuando se llama por teléfono a cualquier centro de poder autonómico, provincial o local. Es un triunfo lograr hablar no digo ya con la secretaria del presidente, sino con la que le coge el teléfono a la que le ayuda a la que le lleva la agenda a la secretaria de la secretaria del presidente. En pesetas constantes y sonantes, ¿cuánto es eso al cabo del año? Hablamos mucho de los pellones de la Isla del Tesoro, sin contar la interior Isla del Tesoro y el extensísimo archipiélago que queda en la Administración española.

Como los despachos. No creo que ningún país rico tenga los despachos oficiales que se pueden ver en esta nación nuestra de tan modesto pasar. Despachos que son los que más se reforman y más se redecoran del mundo. Cuando nombran a alguien para algo, primero cambia los muebles del despacho, y después, ya veremos. Una factura de diez millones de pesetas por la reforma de un despacho de un consejero es algo usual en cualquier autonomía. Eso es sólo para cambiar las moquetas. Ah, y hay que poner obras de arte. ¿Cuántos pintores paniaguados tienen hecho su plan de pensiones con los cuadros que han vendido para despachos y centros oficiales durante el felipismo, y siguen vendiendo en el post-felipismo de Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha?

Por eso cada vez que oigo a ministros del Gobierno central hablar de la contención del gasto público, y del ajuste duro del cinturón, y del recorte del déficit, pienso en todos estos sátrapas y satrapillas que entienden que nada de eso va con ellos. Empecé hablando de Pemán y con Pemán acabo. La feria de las autonomías es como el poema de La feria de Jerez . Aquí nos gastamos diez duros en vino y almejas vendiendo una cosa que no vale tres... Lo malo es que no son diez duros y que no es vino y almeja, sino que esto es Jauja. *


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