Los social-comunistas

"El PSOE son los socialistas, Izquierda Unida son los
comunistas y Arzalluz y sus compañeros
de viaje son los independentistas.
Y punto. ¿Pasa algo?"

Me da el pálpito de que en la campaña electoral que se avecina, o que ya ha empezado, José María Aznar se va a dejar de tapujos y de las monsergas de tó er mundo ez güeno con que el PP pegó el petardo importante que pegó en las pasadas municipales, y se va a dedicar a cantar rock duro, que es lo que viene haciendo el PSOE desde la misma transición: leña al mono de la derecha, que es de goma y no se entera.

Me da la impresión ahora de que el PP le ha visto las orejas al lobo y a su piel de cordero de Izquierda Unida, y que se acabó el alboroto de aquella campaña municipal y meliflua, alegre y confiada, y que empieza el tiroteo en serio. Tiroteo que debe hacer ver a sus votantes. EL PP no arrasó en las municipales, con lo bien que lo estaba haciendo en toda España y con el poder local que tenía en los ayuntamientos de todas sus principales capitales, por culpa del pecado original electoral de la derecha española: la pereza. Encuesta que dice que va a ganar el PP, es encuesta en la que el PP empieza a perder votos. Porque el comodón votante de derechas, cuando desde la butaca lee esos datos de cómo va de bien la clasificación de la Montaña antes de subir a los Alpes, se dice:

-¿Para qué voy a ir a votar, si de todas formas Aznar va a ganar, vote yo o no vote, con lo cómodo que estoy aquí en el sillón pegando el butacazo?

De ahí vienen los batacazos de la derecha: de los butacazos de sus votantes el día de las elecciones. Por el contrario, la actual oposición y antiguo poder basa siempre sus campañas en la visión de orejas del lobo de la derecha, y al doberman de Álvarez Cascos me remito. Doberman o perro lobo, el PSOE les mete la inquietud en el cuerpo a sus votantes. Encima de que la izquierda es mucho más votona que la derecha, siempre dicen:

-Hay que echar al Tío del Bigote...

Para echarlo, todo vale. Ahora y antes. Por eso me tranquiliza este pálpito que me da de que Aznar va a ir de pegador. De momento, ha empezado a llamar a las cosas por su nombre, y le he oído decir el otro día en Madrid: "La suma de independentistas, comunistas y socialistas debe intranquilizarnos". Hombre, ya era hora... Ya era hora de que Aznar le metiera el miedo en el cuerpo (electoral) a su base sociológica, y la saque del cómodo butacón para llevarla a votar. Y ya era hora de que Aznar dejara de hablar con la jerga del felipismo, ésa donde un banco del parque es una pieza puntual de mobiliario urbano y un cubo de basura es un contenedor de residuos sólidos urbano. El PSOE son los socialistas, Izquierda Unida son los comunistas y Arzalluz y sus amigos y compañeros de viaje son los independentistas. Y punto. ¿Pasa algo? ¿Qué pasa aquí? Que así es como sus adversarios se hartan de llamar a Aznar, y hasta ahora ponía la otra mejilla. Vamos a ver. ¿No le dice Arzalluz a Aznar que es un españolista centralista opresor y no sé cuántas cosas más? ¿Por qué entonces Aznar no va a decir de Arzalluz que es un independentista? Independentista me parece poco. Es un separatista. Ésa es la palabra de toda la vida: separatista. No caigamos en la trampa de llamarlos soberanistas como se mientan a sí mismos. No conozco a otro soberanista que al borracho que se pone todos los días hasta las mismas trancas de brandy Soberano de González Byass. Para mí los soberanistas son los del Soberano, como los veteranistas son los que le pegan al Veterano de Osborne y los carlosterceristas son los que le dan al Carlos III de Domecq, y así sucesivamente todo el Consejo Regulador del Brandy del Marco de Jerez.

Aquí ya está bien de perder batallas del lenguaje. La ETA de momento ganó su batalla del lenguaje, como denunció el temple y el coraje de la viuda del teniente coronel Blanco. En los medios públicos de comunicación llaman atentados a los asesinatos, violencia callejera a los atentados, banda armada a una pandilla de criminales y así sucesivamente, aparte de los ámbitos de decisión de soberanía y todos los disfraces lingüísticos que han conseguido imponer a España entera los que no quieren ser españoles.

Espero que en la campaña electoral en puertas no pierda el PP esta otra batalla del lenguaje ante sus adversarios. Si el PSOE llama al PP la derecha reaccionaria, ¿por qué no va a poder decirse aquí que lo que han firmado Almunia y Frutos ha sido el pacto de los social-comunistas? ¿Por qué los buenos pierden siempre la batalla del lenguaje ante los malos? ¿Por qué va a renunciarse, por ejemplo, al Progreso, nuevo nombre de la Patria, y concederle su exclusiva a nadie? Parece que aquí el PSOE tiene la exclusiva del progreso. Bajar los impuestos, la inflación, reducir el gasto público, fomentar la creación de puestos de trabajo no es progreso... si no lo hace el PSOE. Si lo hace el PP es "favorecer a los amiguetes empresarios". ¿Es que González no tuvo y tiene y retiene amiguetes empresarios a los que se hartó y se sigue hartando de favorecer? ¿Qué son acaso Sarasola y Polanco? ¿O cómo y en beneficio de quién reprivatizó el imperio de riqueza expropiado a Ruiz Mateos por el procedimiento del tirón? ¿Les suena el nombre de Gustavo Cisneros? *


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