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Los Grandes Hermanos

"Si vivir de las mujeres siempre es hermoso,
¿qué mejor que vivir de una mujer de la
misma sangre, como la hermana famosa?"

Este es un artículo sectorial, como los acuerdos de las negociaciones colectivas. Porque lo comprenderá especialmente el (amplio) sector de mis lectoras. Y, dentro de este sector, las que viven en Madrid. Y dentro de las que viven en Madrid, las que gustan de ir de compras por las tiendas del barrio de Salamanca. Resulta que tengo una hermana, zapatera como nuestra madre, que se ha hecho famosa en Madrid con sus sandalias y sus salones, sus mules y sus zapatos por encargo hechos con la misma tela que el traje de la novia o que el vestido de la señora para el cóctel importante o la cena más importante todavía. Mi hermana, como habrán adivinado, no es otra que Pilar Burgos. Cuando Pilar estaba en el colegio de la Doctrina Cristiana, un día se puso enfermo Rafael, el encargado de la zapatería que mi madre, pionera de las mujeres empresarias, había puesto mucho antes de que el toro matara a Manolete. Le dijo mi madre a mi hermana:

-Pili, hoy, en vez de ir al colegio, te vas a ir a la zapatería...

Y tanto le gustó aquello, que ya Pili no salió de la zapatería más que para casarse, que su marido la retiró del comercio. Pero como la piel, los contrafuertes, los tacones y el tafilete son una droga dura (como bien saben mis lectores zapateros de Elche, Elda y Mallorca), Pilar no se encontraba de señora casada y de mujer objeto y, con la ayuda de mi madre, reapareció, en plan Antoñete pero sin sus años, montando su propia tienda, a la que le puso premonitoriamente Los Cien Mil Zapatos. Aquello fue el portal del belén que ha armado luego. Ya ni sé la de tiendas de zapatos que tiene Pilar por toda España. Si no son Cien Mil, como la primera, poco le falta. Con decir que hasta tiene zapatería on line en Internet (www.pilarburgos.com) está dicho todo.

ME alegro, como comprenderán, y más que nadie, del éxito comercial de mi hermana, y muy especialmente de su triunfo en Madrid. Y como de ego ando cortito con agua, sé perdonarle las molestias que su éxito me acarrea. Porque, al menos en Madrid, he dejado de ser Antonio Burgos para pasar a ser, gloriosamente, "el hermano de Pilar Burgos". Ser famoso por estas razones de fraternidad y no por las que alcanzó Guerra con Juan comprenderán ustedes que me llena de orgullo. Lo compruebo cada vez que subo a la Corte. La última vez me ocurrió en el bautizo de Alejandra, la hija de Terelu, la nieta de María Teresa Campos. Yo iba aquel día sin hermana puesta. Al contrario que Amador Mohedano Jurado. Me dijo Amador, que por ese nombre nadie lo conoce, sino por hermano y manager de Rocío Jurado:

-Antonio, veo que te está pasando como a mí, que eres ya el hermano de la famosa hermana... Qué éxito el de Pilar en Madrid...

-Tanto -le dije-, que creo que hasta podíamos constituir un Club.

-¿Cómo un Club?

-Sí, el Club de Grandes Hermanos de Hermanas Famosas... Tú podrías ser el presidente, como hermano de Rocío Jurado, y yo el secretario, como hermano de Pilar Burgos. Fíjate la lista de socios que podríamos tener tan grande: el hermano de María del Monte, el hermano de Carmen Martínez-Bordiú, el hermano de Nati Abascal, el hermano de Arancha Sánchez-Vicario... La institución española del cuñado está muy prestigiada, hasta políticamente, y ahora hemos de dar lustre a la del hermano.

-¿Y cuáles serían los fines del Club?

-Tratar de conseguir el ideal de vivir a costa de nuestras hermanas famosas. Si vivir de las mujeres siempre es hermoso, ¿qué mejor que vivir de una mujer de la misma sangre, como la hermana famosa?

-La lista entonces será larga.

-Y tan larga, sigue apuntando: el hermano de Montserrat Caballé; el hermano de Tita Cervera, que seguro que tiene un hermano, no se puede ser tan famosa sin hermano en España; el hermano de Elena Benarroch. Hasta tal punto somos importantes los hermanos, que fíjate lo que supuso para la pobre de Lina Morgan la muerte del suyo...

-Y no te olvides del hermano de Mercedes Milá...

-Claro que tiene que estar en el Club, y por lo menos de vicepresidente. Ahí es nada: ser hermano de la famosa de El Gran Hermano. Lorenzo Milá es, por tanto, cuñado del Gran Hermano, porque Mercedes está casada con El Gran Hermano como tu hermana, Amador, lo está con José Ortega Cano.

-¿Y qué nombre le vamos a poner al club?

-Está clarísimo. Igual que los jueces tienen su Asociación Francisco de Vitoria, lo nuestro no tiene más remedio que llamarse Club Jaime de Mora y Aragón. Nadie ha logrado superar al genial Jaime como hermano de su hermana...

Uno que nos oía nos preguntó si íbamos a admitir al hermano de Almodóvar y al hermano de Boris. Negativo. Si abrimos la mano por ese lado, vamos a tener que poner la sede del club en el Estadio Bernabeu. Y no vamos a caber. *


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