Antonio Burgos destapa en un libro el 'tarro de las esencias' de Curro Romero

C. del Barco Sevilla

 

Una forma de entender el toreo y la vida con el trasfondo de la España de los últimos cuarenta años es el argumento del libro 'Curro Romero, la esencia', en el que el escritor y periodista Antonio Burgos, amigo personal del torero, se adentra en las esencias de la vida y la obra del 'Faraón de Camas'.

«Empecé a querer ser torero cuando escuchaba los 'olés' en el cortijo de Gambogaz, por las tardes, los días de viento», confiesa Curro Romero al comienzo de esta obra, en la que Antonio Burgos se pone en la piel del torero de Sevilla para contarnos en primera persona la vida de un mito que empezó a torear «para salir del fango».

'Gambogaz' es el nombre del cortijo que Sevilla regaló al general Queipo de Llano, en el que Curro Romero, nacido en 1933, empezó a trabajar de zagal y a querer ser torero a pesar de «lo a gusto que estaba con las ovejas, echado en el campo, tranquilo...».

Desde esos duros comienzos -«a lo mejor, si a mí me hubieran tratado mejor en Gambogaz, no me hubiera dado por querer ser torero»-, Burgos narra la vida de un Curro Romero niño que fue a pie a su bautizo, que pronto empezó a torear en su casa «con lo que fuera» y que, en su pueblo, Camas, ya oía hablar de los grandes, de Juan Belmonte, de Chicuelo, de Pepe Luis Vázquez o de Carlos Arruza.

Diario Sur de Málaga, 12 de febrero del 2000

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