La Estrella Digital ´Jueves, 24 de febrero de 2000 LIBROS Antonio Burgos se mete en la piel
de Curro Romero para escribir sus memorias
'El mano a mano que la afición
esperaba' Tras 60 horas de conversaciones en Sevilla, Marbella y Cádiz, Antonio Burgos, columnista del diario 'El Mundo', ha recopilado, en primera persona y respetando las expresiones y registros de Curro, recuerdos y anécdotas de toda su vida. Así, a lo largo de más de 400 páginas, escritas entre 1996 y 1999, el escritor se pone en la piel del magistral torero para contarnos su infancia, cuando trabajaba en un cortijo de la familia Queipo de Llano para ganarse el sustento; su generosidad al destinar las primeras ganancias a sacar a sus padres de la pobreza; la terrible temporada de 1962, en la que sufrió tres cornadas graves consecutivas; la satisfacción de ver ramitas de romero en las solapas de los aficionados, desde los más humildes hasta la realeza; las pasiones que despierta, sin término medio entre el amor y el odio y, por último, una descripción apasionada y poética de lo que siente el matador cuando tiene una buena tarde, cuando el toreo se convierte en "una inmensa caricia". La obra sobre el que Camarón definiera como "la esencia de los toreros" se completa con un apéndice documental con la cronología de los hechos que han marcado su vida hasta el momento, las curiosidades, como Puertas del Príncipe, Puertas de Madrid, cogidas o alternativas, y la estadística de las 46 temporadas de Romero en los ruedos, así como cerca de 100 fotografías. En este intento de acercarnos a la figura del genial matador, también parece de interés destacar que Curro Romero ha cedido su porcentaje de derechos de autor, un 50%, al pueblo gitano, con el fin de que la mitad del dinero recaudado en la venta del libro se destine a obras asistenciales en beneficio de este colectivo. Además, el torero tiene su propia página web ( http://www.curro-romero.com/.), un regalo de andalucianet.com. Por Arminda Rosales Otros artículos y textos de Antonio Burgos sobre Curro Romero Volver a la portada de El RedCuadro
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