Aznar, en la
Pasarela Cibeles de Doñana
Aunque esté feo el preguntar,
una pregunta... Si los lodos tóxicos se hubieran vertido en un dominio autonómico
adicto, verbigracia, en la cuenca del Duero, o en la cuenca del Turia, y no en territorio
sioux del postfelipismo enzarzado en las primarias, ¿hubiera tardado Aznar 26 días, 26,
en acudir a visitar la catástrofe a pie de obra? ¿O es que fue andando, haciendo el
camino de penitencia, como los rocieros, en peregrinación a la ermita de la Negra
Cigüeña de los fangos de la desolación y el silencio de Boliden, que le den? Como
estamos en vísperas de carretas, digo que 26 das no tarda en llegar a las marismas ni la
hermandad de San Feliú de Guixols... ¿Que no hay hermandad del Rocío en San Feliú de
Guixols, dice usted? Todavía... Descuide, que el año que viene, seguro que la hay. ¿No
hay hermandad en Adelaide, Australia? Si no la hay San Feliú es porque no se lo ha
propuesto todavía el animoso andaluz de Radio Taxi, el que organiza en Cataluña una
feria de Sevilla mejor que la de Sevilla misma.
Aznar ha ido tarde a esa
Pasarela Cibeles que son los lodos. En su haber hay que anotar que tuvo la delicadeza de
no hacerse la fotografía mirando el desastre desde la ventana del helicóptero, como se
la hizo Chaves, o llevándose el barro tóxico a puñaditos en los bolsillos, para
cooperar. El ecologismo vende tanto, que ya ven la Expo de Lisboa. Pero el desastre de
Doñana es algo más que esta Pasarela Cibeles. Es el más triste Pabellón de España en
la Expo de los medios mundiales de comunicación. Para el mundo, somos los que nos
cargamos un paraíso natural y ahora no nos ponemos de acuerdo en cómo solucionarlo.
Cualquier alemán sabe ahora mismo de los peligros de Doñana más que un español.
Español que no se explica por qué no va el Ejército, si aquello es una catástrofe.
Mejor que Aznar en plan Pasarela Cibeles, que hubiera mandado al Ejército con los picos y
las palas.
Mijatovic,
en Cibeles propiamente dicha
Pues esto de celebrar los
triunfos a costa de la escultura de la Madre de los Dioses, que va en calesa, pidiendo
guerra con dos leones enganchados en tronco, puede resultar tan extraño como si hubiera
la costumbre de, tras un una victoria futbolística, comerse con las manos siete piñas de
chorizo de Cantimpalos e ir a limpiarse los dedos en Las Meninas. Tan interesante
como ver si Mijatovic marcaba o no marcaba el gol en el apasionante partido de Amsterdam
era luego, en la retransmisión de la fiesta, ver si entre los saltos de Raúl y las
locuras de Roberto Carlos se terminaban cargando o no se terminaban cargando la
mitológica figura. Con dos Copas de Europa más, que deseo fervientemente que gane el
Real Madrid (por la cuenta que le trae a mi Betis bueno), de aquí a nada tendremos a la
Cibeles caracterizada de Venus de Milo...
Pero bien está lo que bien
acaba, ¿qué tenía Di Stefano que no tenga Mijatovic?, ya tenemos mito en marcha,
treinta y dos años no es nada... Y banderas de España. Estoy plenamente de acuerdo con
Alvarez del Manzano. Lo mejor del gol de Mijatovic es que, hombre, menos mal, las banderas
de España, de eso que ha entrado en la Unión Europea, ¿sabe usted? y se llama Reino de
España, fueron enarboladas sin vergüenza y con orgullo en la Arena de Amsterdam. (Que
por cierto, tras la otra hazaña, la de Los del Río, será llamada la Mac...Arena
de Amsterdam.) Da gloria, que un equipo del Reino de España gane un trofeo europeo y no
le dé bochorno hacer suya la bandera nacional... Esto es, por ejemplo, lo que hacen los
americanos, que sacan su bandera nacional cada vez que tienen un Iwojima deportivo, y lo
que nosotros, ay, no hacemos siempre. No quiero ni pensarlo, pero ¿se imaginan dónde iba
a haber estado la bandera de España de haber ganado la Copa de Europa cualquiera de esos
dos equipos en los que usted también está pensando?
Lo
de Guerra está pidiendo un Bernabeu
¿Usted no ha visto lo buenos
que son jugando a la pelota los jugadores del Madrid, y que nos lo pregunten, si no, a los
béticos? Bueno, pues eso no es nada al lado de lo magníficos actores que son. Con
improvisación española, en menos de horas veinticuatro montaron el espectáculo triunfal
del Bernabeu, los Coros y Danzas de este 21 de mayo de Lorenzo Sanz. Donde se vio que los
jugadores del Madrid, puestos a representar su papel de mito, lo hacen también de Oscar.
Quien mejor hace de Guti, con los pelitos lacios, es Guti, no hay un actor que lo encarne
mejor. Y, sobre todos, Raúl... No hay un animador de masas en España como Raúl. Yo le
daría un premio Goya al hasta ahora anónimo autor del gran montaje escénico. Ni la
inauguración de la Expo de Lisboa, ni la apertura de las Olimpiadas, ni nada... Eso sí
que fue un espectáculo con todos sus avíos.
Aunque no tan apasionante,
claro, como el espectáculo que está dando el PSOE, culebrón más liado que el guión de
Topacio. Todos contra todos. Las primarias han permitido la contemplación de este
espectáculo de primarios sentimientos como el odio, el rencor, la revancha. Tú le pones
unos focos y unos fuegos artificiales a lo de Ciscar con Guerra y es mucho mejor que el
espectáculo madridista del Bernabeu, vamos que si es mejor... Es tal el espectáculo,
todos somos Pepe Barrionuevo, Alfonso nos quitaba el oxígeno, que no sé por qué nos
aburrimos tanto todas las tardes los abonados de San Isidro y los de Vía Digital. Tú
montas en una plaza de toros el espectáculo que está dando el PSOE y los de la reventa
se hacen ricos podridos... Faltaba un virtuoso del histrionismo en este espectáculo, un
Llapisera, y llegó Guerra. Faltaba el malo de la película, y habló González, con ese
colmillo salomónico que tiene... Como ven, son los clásicos del Cine Gobelas, sesión
continua. Mañana, en este salón: El juicio del Caso Marey.