Tres kilos de parados
Digo yo, si preguntar no es
molestia: si empleamos la palabra kilo para nombrar esos millones de pesetas,
especialmente negros, que están a punto de desaparecer con el euro, ¿por qué no la
empleamos también para aforar el número de parados? Como un gran triunfo se anuncian los
datos de la última Encuesta de Población Activa, qué cosa más graciosa, lo más
interesante de la encuesta de la población activa es siempre todo lo contrarío: la
población inactiva, el número de parados. Según la EPA, en 1998 se crearon justamente
la mitad de los famosos 800.000 puestos de trabajo de González, 427.500 empleos. El paro
bajó en 329.300 personas. Al terminar el año había 2.963.400 parados. Que suenen las
campanas, Pimentel: por vez primera desde 1992, el Año del Pelotazo, el número de
parados se sitúa por debajo de los tres millones de criaturas.
En otras palabras: tenemos ya
sólo tres kilos de parados. Y digo kilos por millones porque esto de la cifra de parados
es como la obsesión por el exceso de peso en esta sociedad de dieta acalórica. Cuando
han pasado las Navidades, todos tenemos kilos de más y nos ponemos como locos a
perderlos. Perder un kilo es fácil. Perder dos kilos, también. Lo malo son los últimos
tres kilos, no hay forma de perderlos. Los últimos tres kilos de los excedentes de
turrón y pavo no salen ni a la de tres.
En los parados puede pasar
igual. Arenas, antes de irse, los ha puesto por vez primera desde 1992 en tres kilos,
gracias al plan de adelgazamiento que empezó en 1996. Ahora viene lo peor: bajar esos 3
últimos kilos de parados. Arenas se ha ido con los kilos más fáciles perdidos. Los mas
difíciles de perder los tendrá que adelgazar Manuel Pimentel.
¿Qué será de Europa
sin González?
Borrell tenía que haber hecho
como Javier Arenas: irse a rezar a la Macarena, pero por la parte de la letra del Romance
de Valentía: "La Macarena me ampare y me dé su bendición". Nada, hijo, lo
siento, qué cruz la tuya, Pepe, que no hay forma de que te quites a González de encima.
Hay cosas que sólo pueden solucionarse con un recurso de amparo o un recurso de amparo de
la Macarena. Y tiene que ser duro eso de tener colgado en el cuarto de baño, como el
acuerdo de los pescadores de Gibraltar, el título convalidado y autentificado de
candidato del PSOE y pintar en el partido menos que Abel Matutes en la solución del
referido conflicto de la pesca gibraltareña.
Con Borrell se ha demostrado
una vez más que la forma que existe para que González no se vaya de un sitio es decirle
que se marche. Del "váyase, señor González" de Aznar pasamos al "vete a
Europa, hijo, por favor, compañero González" de Borrell. Ni cuando Aznar se lo
decía se fue de la Moncloa ni cuando Borrell se lo dice se va a Europa. El coro de
partidarios que lo recibe en su circunscripción consorte de Cádiz le canta las
sevillanas del Papa: "No te vayas por favor, no te vayas todavía/ porque adiós
Consejería,/ porque adiós Diputación."
Se queda aquí. ¿Para qué?
Fundamentalmente para seguir dando por saco en su partido. Para comprarse una casa,
socialista y obrera, en la sierra de Cádiz. Para impartir doctrina sobre los desafíos de
la modernidad y el progreso... Tenía que haberle hecho caso a Borrell. En Europa tienen
que estar tristísimos: ¿qué va a ser de Europa sin González y sin su plataforma de
ideas? ( A dar por saco ahora se le llama "plataforma de ideas"...)
Lo mismo, pero de otra
manera
Fregado de los pescadores de
Gibraltar, el "Piraña" apresado y otras muchas pirañas en el río de los
pescadores, ante el clamoroso silencio de la Junta de Andalucía. Telediario de alguna
cadena. Cámara en la Verja de Gibraltar. Un reportero pregunta a un pescador:
"¿Cómo está la situación?" Y aquel hombre que no tenía pinta de ni
sindicalista, ni de negociador, ni de enviado de Abel Matutes, ni era alcalde de
Algeciras, ni concejal de La Línea, ni quiere entrar en eaas candidaturas en que Gil
escribe sus peligrosos romances fronterizos, ni sabía nada de soberanía ni de Tratado de
Utrecht, respondió: "Esto está lo mismo, pero de otra manera". Estuve hasta el
final del telediario dándole vueltas a aquellas palabras, sobándolas, estrujándolas, y
me fui a la cama sin saber a ciencia cierta cómo estaba la situación de la pesca de
Gibraltar, donde los pescadores andaluces han han ido más lejos que el PNV y EH. La
soberanía no se pide, se ejerce. Para autodeterminación, la de los pescadores de las
aguas del Peñón, que tomaron la autodeterminación de erigirse directamente en estado
(de extrema necesidad) en la Unión Europa, sin Londres y sin Madrid.
Gibraltar está lo
mismo, pero de otra manera. Pueblo sabio que en el momento oportuno sabe sacar a flote el
gallego que todos llevamos dentro. Tras la frase del pescador está hasta el Principe de
Lampedusa de El Gatopardo. Siempre es necesario que algo cambie para que todo siga
igual. Dicho en andaluz de Gibraltar: "lo mismo, pero de otra manera".
Con eso se mete uno hasta en los presocráticos, en el panta rei. Para que luego
digan que al Séneca se lo inventó José María Pemán. Séneca vive en la provincia de
Cádiz.