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El Recuadro

 Antonio Burgos

El Mundo,  lunes 5 de abril de 1999


Cosecha del 79

Barrionuevo, uno de los de la cosecha municipal del 79
Barrionuevo, uno de los de la cosecha municipal del 79

Les diré cuánto tiempo llevan en el cargo algunos alcaldes de la democracia: medio franquismo. Si damos en conceder que un franquismo en la historia de España dura cuarenta años, es medio franquista el hecho de que algunos alcaldes lleven veinte años arrimados al perol, con la sartén con el mango, apoltronados, que diría José María García. Esto lo debe de dar España. Si la democracia es la alternancia en el poder, la persistencia en la vara de mando de tantos y tantos alcaldes de la cosecha de 1979 es la prueba del nueve, con el siete delante, de que aquí, más que la democracia, lo que nos gusta es la perpetuación en el mando de los mismos con las mismas. Que un señor esté veinte años de alcalde no es el resultado de la democracia; es una pesadez. Llegan a identificarse con el pueblo o la ciudad donde mandan. Verbigracia: con ninguna dictadura de las escopetas y de los sables, ni con la del general Primo de Rivera, que era de la tierra y aún cabalga allí en el caballo de bronce de La Paquera, ni con la de Franco, hubo en Jerez de la Frontera ningún alcalde que durara tanto tiempo en el cargo como Pedro Pacheco con la dictadura de las urnas. Para que se hagan una idea de lo de Jerez con este señor pesado, pesado, pesado, es como si en Madrid todavía estuviera de alcalde Tierno Galván, qué antigüedad, o en Barcelona siguiera Narcís Serra.

La cosecha del 79 fue la oportunidad del siglo de los maestros de escuela, de los delineantes. Todo aquel que en 1979 estaba apuntado al PSOE o al PCE y era maestro de escuela o delineante tenía unas grandes oportunidades de dejar para siempre la pizarra y el tiralíneas. Y quien dice la pizarra o el tiralíneas dice los alicates de electricista. Nos quejábamos durante el franquismo que los tractoristas que salían de enlaces sindicales aprovechaban el verticalismo para dejar para siempre el horizonte laboral del tractor. Muchos de éstos los han mejorado. Elegimos unos ayuntamientos de delineantes, de maestros de escuela, que, degenerando, degenerando, como el banderillero de Belmonte, se perpetuaron a sí mismos, erigiéndose en clase política. No debe olvidarse que de aquella tropa salieron los Barrionuevo, los Corcuera, los Roldán. En la cosecha del 79 los hay todavía que siguen soñadores, utópicos, queriendo luchar por el pueblo. Pero los que más han sonado, ay, han sido una partida muy importante de trincones y mangones, que tuvo en los ayuntamientos su FP de comisiones y maletines y luego llegó a hacer un master en el gobierno.

Se ponen muchísimos controles para que los presidentes de gobierno no sean reelegidos más de la cuenta. Antes de que lo echaran, González se hartó de decir que se quería ir. Cuando no se sabe si va a tener el segundo, Aznar jura por todos sus niños que no quiere un tercer mandato. Mientras tanto, España está llena de estos mandarines de la cosecha del 79 que, además, le parece a la gente lo más democrático del mundo. Politiquillos con una biografía que cabe en un librito de papel de fumar han hecho de la política su carrera y su oficio y, por las trazas, ahí los tendremos hasta la edad de jubilación. No como maestros nacionales o delineantes, sino como alcaldes. Menuda paga les va a quedar... Consideren que ya cobran cuatro quinquenios.

 

 


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