Mal empezamos. En lo de los localismos. A través de ese tornavoz
del partidismo y esa facistol de la sumisión del señorito de San Telmo que se llama
Canal Sur, la Junta quiere empezar una campaña para acabar con los localismos andaluces.
Llevar a la pantalla del Canal Sur, "la nuestra", como ellos dicen (la nuestra
de ellos, vamos), la política que ha desarrollado Pepe Nuñez de "una sola
Andalucía", que no es lo mismo que Andalucía más sola que la una. Aquel gran
revolucionario vecinal de Bellavista que fue Alonso Balosa, que ahora es del PP (de los
Profesionales del Progreserío, de los que viven del progreso), quiere lanzar a través
del Canal de Chaves la consigna "todos somos andaluces". Pues qué bien. Aquí
resulta que van a ser andaluces hasta los franceses a los que se les encarga el Metro de
Sevilla y los extranjeros compradores de turno de la Cruzcampo.
Pero mal empezamos con eso de que todos somos andaluces. De momento ha empezado como
una guerra intestina entre los andaluces, con el sueldo de sus alcaldes. Parece que si tu
alcalde cobra doce millones de pesetas eres más que el vecino de la ciudad cuyo baranda
del bastón, el sillón y el nominón cobra sólo ocho milloncetes de nada. Este fue el
argumento que aplicó el alcalde Sánchez en Sevilla, antes de meter el freno y la marcha
atrás a la subida de su sueldo. Quería medir el prestigio de la alcaldía por kilos, por
kilos (millones) de pesetas de sueldo al año. Ni Metro, ni PGOU, ni playa artificial ni
nada: aquí lo más urgente era llevárselo calentito.
Y por culpa de la avaricia de Sánchez se ha roto el saco de los sueldos de los
alcaldes. Por culpa de Sánchez, a la gente le da lástima de Rosa Aguilar, por la birria
de sueldo que tiene, cuatro millones mal contados. A mí me parece mucho, sobre todo si se
tienen en cuenta los pocos votos que sacó. A alcaldía regalada, no le mires el diente
del sueldo. Perico Rodri, el alcalde de Huelva, estará maldiciendo a Sánchez, porque por
su culpa, culpita, nos hemos enterado de lo que ganaba. Parecía pánfilo, y ahí lo
tienen: doce millones de pesetas por año, mi Huelva tiene una ría, pero yo me río con
lo calentito que se lo llevaba Perico sin que nadie se enterara, ay, pillín, qué
calladito te lo tenías.
Lo peor es lo de Bollullos de la Mitación. A imitación de Sevilla, en la Mitación de
Bollullos el alcalde se ha subido el sueldo, nada, media pringá, un millón seiscientas
mil pesetas. Se han apresurado a señalarlo con el dedo, a acusarlo. Y, vamos a ver: ¿por
qué el alcalde de Bollullos no va a poder subirse el sueldo? ¿No hemos quedado que lo
más progresista es llegar y subirse el sueldo antes que ocuparse de ninguna otra cosa?
¿Por qué entonces Sánchez va a ser un monstruo con su freno y marcha atrás y el pobre
alcalde de Bollullos no va a poder hacerse rico con el bastón, el sillón y el nominón?
Y quien dice Bollullos dice Tomares, vaya forma de luchar contra los localismos, acusar
también al alcalde de Tomares de que se ha subido el sueldo los dos millones de
reglamento. Repito lo mismo: ¿por qué Tomares va a ser menos que Huelva? ¿No somos
iguales todos los andaluces? Pues que los alcaldes se suban todos el sueldo como los
costaleros levantan los pasos. Con eso de "Tós poriguá, valientes... ¡ A esta
es!" Lo que hace falta es envalentonarlos en este concurso de a ver quién se lo
lleva más calentito...