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El Recuadro

 Antonio Burgos

El Mundo,  miércoles 15 de septiembre  de 1999

NUEVO:  Andalucía, Sevilla y Cádiz en la Prensa digital de hoy


La rabona

 

Rafael Alberti
Alberti dio categoría poética a la rabona escolar,

La voz viene en el DRAE, pero en Castilla se usa más lo de hacer novillos. Hacer rabona es hacer novillos, pero novillos del rico encaste léxico andaluz, con el hierro de Rafael Alberti. Gracias a que Alberti hacía rabona en el colegio de los Jesuitas del Puerto y se iba a contemplar el mar, la mar, los mares, las mares de la bahía, cuando venía el calor, la calor, los calores, las calores, escribió la hermosura del "Marinero en tierra". El marinero en tierra era un escolar soñador haciendo rabona.

Rabona que no sólo hacen los escolares. La rabona es ahora un género periodístico, muy practicado por los medios del polanquerío, donde hay noticias, comentarios, informaciones, entrevistas... y crítica de rabonas. Presentaba su nueva programación Onda Cero, y en el Diario Oficial del Polanquismo anunciaban que iban a ir los ministros en tropel (luego fue sólo una collera), y que se iba a producir una rabona: "En el acto --decían más o menos-- no estará Julia Otero, porque le han dado Puerta, Camino y Viti". En la televisión pública del polanquismo meridional, vulgo Canal Sur, informaban el otro día de la apertura de Alcances, el festival cinematográfico gaditano que inventó el difunto Fernando Quiñones para que pudiéramos ver buen cine sin tener que ir a Portimao o a Perpignan.

¿Y saben cómo dio la información Canal Sur? Pues dijeron aproximadamente: "Con la ausencia de la alcaldesa, se ha inaugurado Alcances en Cádiz". Teófila estaba a esa hora presidiendo un acto importante de deporte para minusválidos, pero para la teoría informativa de la rabona daba lo mismo. O decían que la alcaldesa no estaba con los minusválidos o decían que la alcaldesa no estaba en lo del cine, porque la teoría informativa de la rabona lo que quiere siempre es que a la alcaldesa se la coma el tigre.

Esto era habitual en la prensa del corazón, pero hasta ahora no había llegado a la política. Estamos hartos de ver televisadas informaciones cuyo único interés consiste en que la señora Fernández (doña Bibiana) va sin el cubano, la señora Carrasco (doña María del Rocío) sin el exclaustrado picoleto, la señora Sánchez (doña Marta) sin el torero o el señor Larrañaga (don Carlos) sin la novia nueva, y así sucesivamente. Al fin y al cabo, es la teoría informativa del "sin" en esta sociedad light. Gracias a la rabona, la noticia es la no-noticia, pero con cuarto y mitad de mala intención. Así que me extraña que no hayan dicho que los tribunales se han abierto solemnemente sin que asistiera el juez Gómez de Liaño, como dijeron que la capilla ardiente de Alfredo Kraus se cerró sin que aportara por allí Su Majestad la Reina. Digo yo que mejor que lo echen a uno de menos a que lo echen de más, por pesado. Aunque tendremos que tomar precauciones contra el uso de la publicidad de la rabona como venganza informativa, al fin y al cabo la historia española está hecha a base de rabonas. Acuérdense del "ni está ni se le espera..."

 

 

 

 


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