Diario El Mundo Indice de los "Jazmines" publicados

El Recuadro

 Antonio Burgos

El Mundo, miércoles 8 de diciembre de 1999


Los otros Elianes

El niño balsero Elián González celebra su sexto cumpleaños en Miami
El niño balsero Elián González celebra su sexto cumpleaños en Miami 

En este mundo globalizado de lemas y logotipos, suena como el poema que Miguel Hernández nunca escribió: "El niño balsero". Todo el mundo libre sopla las velas con Elián González, el yuntero niño balsero que tuvo en Cuba nanas de cebolla y cartillas de racionamiento. De racionamiento de la libertad se entiende, más escasa aún en La Habana que la leche... que la leche que mamó Fidel Castro. Todos queremos ser los tíos de Elián, llevarlo al MacDonnald, comprarle las zapatillas Nike, los pantalones Lee, la cazadora de cuero Sevignon. A Elián no le van a faltar videoconsolas, instalado como está ya en el libre mercado. Tiene detrás a la CNN que nos hace contemplar cómo apaga las velas, pero tiene también a la Fundación Cubano-Norteamericana, a los dólares del bienhechor de la Telepizza, a los albaceas testamentarios de Max Canossa, a Radio Martí, a Hermanos al Rescate . En una palabra: tiene a Miami.

A las mismas horas que Elián González soplaba las velas de la libertad en Miami, otro muchacho de su edad, también en busca del paraíso, llegaba a Algeciras. Acababa de atravesar el Estrecho de Gibraltar escondido en un contenedor. Pero, ay, este niño no venía de Cuba, sino que llegaba de Marruecos. También venía en busca de la libertad, del fin de las hambres, de la prosperidad de dibujos animados y máquinas de marcianitos. No tenía la suerte de la desdicha de ser cubano, sino la desgracia del infortunio de ser marroquí. Y menos mal que pudo llegar escondido en un camión, a bordo de un transbordador. Otros niños marroquíes tienen que pasar el Estrecho en las pateras, con sus padres, y llegan o no llegan. Cuando no llegan, su muerte es la misma muerte de todos los estrechos, de todas las balsas, de todas las pateras. La muerte de los dominicanos en el Canal de la Mona, la muerte de los cubanos en el Estrecho de Miami, la muerte de los marroquíes en el Estrecho de Gibraltar. Pero cuando llegan estos niños balseros marroquíes, no hay Fundación que los espere para sacarlos por la CNN, ni Hermanos que salgan al rescate y les den una casa en el Condado de Dade. No hay marroquíes ricos que abran los brazos a sus compatriotas en el paraíso europeo de la libertad, sino parejas de la Guardia Civil rastreando la playa de los Lances, los caminos de Tarifa.

Desde el puerto de Mariel no se ve Miami. Desde las playas marroquinas sí se ve Tarifa. Se ve el paraíso ansiado y pagado muchas veces con el precio de la muerte. Pero allí nadie espera a los que llegan. Hay algo aún más triste que ser cubano bajo la dictadura de Castro: ser marroquí bajo la dictadura de Mohamed VI. De los Elianes marroquíes, ni siquiera sabemos el nombre. Y es que Algeciras, ay, no es Miami.

Las pateras del Estrecho, en El RedCuadro

Rota, de los polaris a las pateras 

La fiesta de moros y cristianos de las pateras

Los caballas y los atunes

Pinchitos morunos

 

 

 


Pinche para conectar con El Mundo, edición íntegra en Internet
Copyright © 1998 Arco del Postigo S.L. Sevilla, España.
 

Portada de "Reloj, no marques las horas"

¿Qué puede encontrar en cada sección de El RedCuadro ?PINCHE AQUI PARA IR AL  "MAPA DE WEB"
 

 

 


 

Regresar a la pagina principal


 

Enviar correoCorreo

banderandalucia.gif (1172 bytes)