El
gran José María Javierre, evocando con mi familia el otro
día comunes aventuras por la libertad en los años duros, le
dijo a mi hijo una frase que se me quedó grabada:
-- Fernando,
cuando tu padre y yo éramos unos rojos peligrosísimos...
Me he acordado
de la frase de mi querido cura porque cuando todos los que
estábamos en Andalucía por la libertad éramos rojos
peligrosísimos, en la reivindicación de un futuro mas justo
teníamos un catón, un catecismo, una cartilla: el estudio de
la renta del Banco de Bilbao. Era entonces la renta per
capita, porque del PIB solamente hablaban los que acababan de
volver de Madrid licenciados en Económicas y buscaban que
García Añoveros los colocara en el Servicio del Estudios del
Banco Urquijo, a la sombra patriarcal de Carande. Cada año,
la publicación del estudio de la renta del Banco de Bilbao
era para nosotros como el Calendario Dinámico para los
aficionados al fútbol. Nos sabíamos la clasificación
provincial y regional de la renta per capita mucho mejor que
la tabla de la Liga de aquel Sevilla de Luis Hon y aquel Betis
de Rogelio. Sabíamos que Andalucía era una tierra rica, pero
empobrecida, como cantaban los números del lugar que ocupaban
las provincias en la distribución de la renta. Huelva,
Cádiz, Almería, Sevilla, iban siempre en con farol rojo de
las provincias más pobres, al final de una clasificación
donde siempre jugaban la UEFA de la prosperidad las tierras
del Norte: Barcelona, Vizcaya, Guipúzcoa... En un libro que
ya es un incunable, Andalucía, ¿Tercer Mundo?, hasta le puse
letra a aquella triste melodía del subdesarrollo andaluz.
Nada creó más
conciencia regional andaluza que el estudio de la renta del
Banco de Bilbao. Porque estábamos convencidos de que, con la
autonomía, Andalucía iba a dejar de ser la cenicienta de
España y la criada de Europa, como en aquellos mismos años
cantaba desde Cádiz Pedro Romero en su inolvidable comparsa
"Nuestra Andalucía". Eran, naturalmente, tiempos de
ilusiones, del 4-D, de la muerte del olvidado García
Caparrós poniendo la verde y blanca para que Andalucía
dejara de llevar el farol rojo de la riqueza española.
Han pasado los
años. El Banco de Bilbao se llama ahora BBV. Lo que era el
estudio de la renta per capita es ahora del PIB. Pero lo más
triste es que ni autonomía ni nada. Que todo sigue igual. Que
salvo el caso de Málaga, que ya en aquellos entonces tenía
su propio Modelo Sofico de desarrollo, Andalucía sigue
estando como estaba, en los últimos lugares del reparto de la
tarta de la riqueza nacional. La media andaluza del PIB es
sólo el 58% de la media europea, díganme si esto no sigue
siendo un Tercer Mundo, con la autonomía más cara de Europa,
pero Tercer Mundo al fin y al cabo. Granada, Cádiz y Sevilla
siguen en los últimos lugares de la renta familiar per
capita, nuestro farol rojo de siempre, que ahora se ve menos,
porque le han dado una manita de pintura verde y blanca, pero
sólo de un modo simbólico. Salvo el caso del País Vasco,
con una economía como destrozada por un paquete bomba, al
cabo de los años, ni Estado de las Autonomías ni leches. Las
provincias ricas siguen siendo más ricas y las provincias
pobres siguen siendo más pobres. Despeñaperros sigue siendo
una frontera que separa muchas cosas en España, a pesar del
Ave, a pesar de la Expo y a pesar de las autopistas.
Así que cuando
miren el presupuesto de la Junta pueden estar convencidos de
que leen el fracaso de la ilusión de toda una generación de
andaluces.
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