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El Recuadro

 Antonio Burgos

El Mundo, viernes 10 de diciembre de 1999


El braguetazo de "Villa Tornillos"

Rafael Vera, con Barrionuevo
Rafael Vera, con Barrionuevo 

Ni Carmen Cervera cuando enganchó al barón Thyssen. Ni María Asunción Mateo, que te veo, cuando se enroló en la albertiana tripulación de los marineros en tierra, tierra del cortijo de los derechos de autor. Ni Antonio David Flores cuando colgó el tricornio por el matrimonio con Rocío Carrasco. Ni Iñaki Urdangarín, cuando gracias a la pelotita de balonmano, y lo que no es la pelotita de balonmano, entró a formar parte de la Real Familia. Y no sigo, que por mucho que repase la historia general y universal del braguetazo, ninguno tan productivo como el de Rafael Vera cuando matrimonió con la hija de ese ferretero que es un Midas de las puntillas y las alcayatas gitanas, qué fortuna más grande amasó, Dios mío de mi alma, vendiendo tornillos y tuercas, cáncamos y cerraduras.

Le están tocando los costados a Rafael Vera, cuando teníamos que organizarle un homenaje nacional: qué braguetazo, hijo... Envidia cochina es lo que hay, que no todos tenemos un suegro con esos caudales, y encima con esa generosidad, de dejar que el yerno use a su antojo todo cuanto está a su nombre. La suerte no es lo que su apellido indica a Enrique Esquiva el ferretero. Hombre además tan desprendido que no es de los que dicen a sus hijos: "El día de mañana, todo esto será tuyo". El ferretero, no; para las hijas del ferretero el día de mañana comenzó hace muchos años, en el uso y disfrute de "Villa Tornillos".

Porque no sé qué nombre tendrá puesto oficialmente el chalé de Torrelodones (¡premio!), pero igual que el de Isabel Preysler y Boyer, con sus 16 cuartos de baño, fue "Villa Meona" para el ingenio popular, esta mansión construida gracias al próspero negocio de la ferretería ha de ser "Villa Tornillos" para la musa colectiva. No llega a tener calefacción en la caseta del perro, como la casa morada (y oro) del matrimonio Boyer- Preysler, pero por ahí, por ahí le anda. El marcador de cuartos de baño, que es como el Ibex 35 del pelotazo, arroja de momento el siguiente resultado: Boyer, 16; Vera, 7. Marcador que tiene mucho mérito para Vera. No tiene el mismo valor un cuarto de baño para la Preysler, que trabaja en Porcelanosa, que para Vera, cuyo suegro en cuestiones de cuartos de baño se queda el hombre en la venta al por mayor y detall de cadenas para la cisterna, grifos para el bidé y rollos de papel Colhogar.

 

 


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