Decíamos el otro
día que se había
perdido el arte andaluz de hablar en camelo. Lo decíamos
recordando el discurso en perfecto camelo que el cantaor
Antúnez, invitado oficialmente por el Ateneo, dio en la Real
Venta de Antequera en honor de los poetas de la Generación
del 27 que trajo Ignacio Sánchez Mejías a mesa y mantel
para celebrar el centenario de Góngora. Y hete aquí que de
golpe hemos descubierto que el arte andaluz de la camelancia
no se ha perdido. Porque el jueves, en Cádiz, se pronunció
un solemne discurso en camelo. Lo dio el rey de los
trabalenguas, Agustín González "El Chimenea",
pregonero del Carnaval. Que traducido al tronco indoeuropeo
del perfecto camelo es pregonati carnavalati Chimeneati.
Sólo un genio
como El Chimenea podía mantener esta importantísima reserva
cultural cual los discursos en camelo. Ni el académico y
bibliófilo don Luis Toro Buiza, verdadero virtuoso de los
discursos en camelo, ni el propio Antúnez ante Alberti y
Lorca podrían haber superado el colofón genial de Agustín
en su pregón:
-- Queridos
paisanos, pipirigañas, agropecuarios, azanahoriáticos,
acocodrilados y agorilados, en plan mojárrico, a ustedes me
dirijo con la sana intención de comunicarles que el pregón
ha finiquitado completamente del todo...
Pasaje sólo
comparable por su camelancia perfecta a aquel otro de su
discurso en que describía el hallazgo de las últimas momias
fenicias en las obras del soterramiento: -- La momia en una
mano tenía una pulsera de piedras preciosas, una bolsa de
arropías que estaban empalagosas, cuatro tajás de sandía,
tres alfileres de palo y el turbante del moro Muza y más de
media perola de pescao en subrehúsa. Un tarro de crecepelos,
ciento veinticinco horquillas, lo menos cuarenta velos, tres
losas de macetilla y los flecos de un plumero.
Ni Bendala ni
Luzón superan el rigor científico de la descripción del
hallazgo de la momia según Chimenea:
-- El sarcófago
traía siete monedas de plata metidas en una alcancía colgada
de una alcayata y una lata escondía debajo de una alpargata y
un letrero que decía: "Veneno para las ratas".
Según los historiadores y arqueólogos presentes la momia
tuvo dolores entre la espalda y el vientre, y que hacía
volaores con gorros de penitente. Según un pergamino
traficaba su marido con orégano y estrobos, y ese fue el
primer fenicio que en San Fernando hizo el bienmesabe en
adobo...
Ole, ole y ole,
Chimenea, real conservatorio del humor popular andaluz de los
discursos en camelo, rey del trabalenguas, asuntati gigantesco
y pañolín blanco de moco de comecoco que sólo puede
mantener quien figura ya como el inventor de los cuatro
grandes adelantos que han permitido a la Humanidad llegar
donde ha llegado: de momento, a fin de mes. Esos cuatro
grandes inventos del Chimenea son, a saber: el pelachícharos,
el parte Babeta, el ablandacoles y las almóndigas cuadrás
marca El Gorila. Hasta Sanani el de las Tortas se pregunta:
¿qué hubiera sido de la Humanidad sin el pelachícharos, sin
el parte Babeta, sin el ablandacoles y sin las almóndigas
cuadrás marca El Gorila?
Eso digo yo.
Completamente del todo. En plan agropecuario. En Martes de
Carnaval. La Humanidad entera es deudora del Chimenea. Quien
está deseandito cobrar, por cierto.