Como
existen los Amigos del Museo del Prado o los Amigos de la Capa
Española, estoy por crear los Amigos del Palacio Real. A ver
si este llamamiento llega por lo menos a tres monárquicos
locos de la antigua observancia, de los poquitos que aún
vamos en este Reino por el plan antiguo del legado histórico
de la Corona, y me voy derecho al Registro de Asociaciones con
una junta directiva de medio qué. Constituida la cual
pediremos una subvención al Gobierno, que es lo primero que
hacen todas las ONG nada más quedar inscritas.
Urge la
creación de los Amigos del Palacio Real para contrarrestar
cuanto antes la acción de los Enemigos del Palacio Real,
entidad que sólo tiene un socio, pero qué socio: Don Juan
Carlos. No hay Guardia Civil suficiente para lograr que el Rey
use Palacio. Teniendo el mejor palacio real de Occidente, lo
usa en contadísimas ocasiones. Y, desde luego, en casi
ninguna de las requeridas por el normal funcionamiento
constitucional de la Monarquía Parlamentaria. Los dirigentes
de los partidos con representación parlamentaria han acudido
a despachar con el Rey las consultas de formación del nuevo
Gobierno y teniendo ese pedazo de Palacio, los recibía en ese
chalé con pretensiones al que llaman Palacio de la Zarzuela,
¿será por llamar? Es como si el Rey se compra un apartamento
en Palma y lo llama Palacio. Tenemos un Rey completamente
juanramoniano: "Cada casa era palacio/y catedral cada
templo". Y como si ese chalé con pretensiones no tuviera
salones para cometer la indelicadeza de contar lo que le han
dicho al Rey, los referidos líderes han hablado a la prensa
en una carpa de la BBC: Bodas, Bautizos y Comuniones. Más que
Frutos contando lo suyo, parecía que iba a salir José Luis
repartiendo los canapés del aperitivo del banquete nupcial.
Señor:
como en aquella anécdota del ventero, Fernando VII y la
botella de buen vino, guarde V.M. el Palacio Real para mejor
ocasión. Por ejemplo, para recibirnos el día 24 a los
escritores, poetas y demás gente de mal vivir que no tenemos
un solo voto. Por eso urge la Asociación de Amigos del
Palacio Real. No hay derecho a que Aznar, con una burrada de
votos, hable en una carpa de banquetes de José Luis y que
S.M. abra los salones de Palacio para Carmen Rigalt y Espiro
Freire. O para Marujita Díaz y Rossy de Palma, si es que toca
recepción al artisteo.