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En
un gesto genial de asado de la manteca, don Rodrigo Rato, eximio
y claro varón, lumbrera refulgente de la economía patria, ha
dicho que la solución para el problema de los precios del
petróleo es que gastemos menos gasolina.
-- Andando...
Así es como quiere don Rodrigo que vayamos
todos: en el cochecito de San Fernando, un ratito a pie y otro
andando, y que a la OPEP le vayan dando por donde amarga el
barril. Don Rodrigo se lo pone crudo a los dueños del famoso
barril. Que se fastidie el coronel de la OPEP, que don Rodrigo
no come rancho. No sé si en las próximas declaraciones dirá
que además en conveniente que vayamos sacando el gasógeno del
Balilla del bisabuelo, la Velosolex del abuelo o el Dos Caballos
de papá cuando era progre, porque a todos nos ha convencido
este monstruo de la economía, que es usted pedazo de mostruo,
don Rodrigo, con su tesis de que el dólar y el petróleo no
tienen otro remedio que la solución Bic: que gastemos menos que
un mechero.
Choque usted esos cinco, don Rodrigo.
Derrochones, que son unos derrochones. ¿No vamos a tener
problema de precios del petróleo? Es que van como los locos,
hala, llene usted el depósito, como si la eurosuper la
regalaran... Y esos camiones, a toda pastilla por la M-30, hala,
venga a gastar gasoil... Y esos tractores, que no paran ni para
almorzar, pum, pum, pum, todo el día quemando gasóleo
agrícola. A gastar menos, que no tenemos posición, sí,
señor, muy bien, don Rodrigo, con dos cojones.
Creo, empero, don Rodrigo, que debe usted de
ir más lejos en su política, como vicepresidente del Gobierno
que es. Ya apuntó algo una vez la Dirección General de
Tráfico, que dijo que la solución a los embotellamientos y a
los muertos del fin de semana era que no fuéramos a Benidorm,
que nos quedáramos en casita. Usted tiene que globalizar lo
suyo, como ahora se lleva, don Rodrigo: si no sacamos el coche,
no gastamos gasolina, no hay muertos en carretera, ni
embotellamientos, ni hay que reparar las carreteras, ni hacer
nuevas autovías, ni nada de nada. Dígale a Celia Villalobos
cuanto antes que ordene solemnemente: "Ea, se acabó, aquí
no se pone nadie malo". Con lo cual solucionamos las listas
de espera y la saturación de quirófanos. Ah, y a la morisma de
las pateras, que se abstenga de cruzar el Estrecho, y adiós o
Alá problemas con las extranjerías.
Lo malo no es lo torpes que son, sino que
nadie se lo dice. Don Rodrigo ha mejorado la marca de Sancho Rof
con el bichito de la colza. Por supuesto que el petróleo no es
problema si no gastamos gasolina. Creo que ni en Neanderthal ni
en Cromagnon tenían el menor problema con los precios del
crudo.
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