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                Este
                Gobierno, como Conchita Velasco, tiene un chico yeyé. Aznar le
                dijo un día a Pío Cabanillas que quería que fuera su chico
                yeyé: que seas, que seas mi chico yeyé. Había buscado al
                yeyé en la mayor reserva de yeyés que existe en España, en la
                Polanquería Oficial del Reino, que es como Casa Cornejo, pero
                en tipos de progres antiguos. Los tienen con barba, con pinta de
                suscriptor de "Triunfo", modelo Javier Solana, que son
                muy útiles para mandarlos a que bombardeen lo que haga falta.
                Los tienen modelo guitarrista de Los Brincos, como ese Enrique
                Barón que pidieron en Casa Polanco para mandarlo a la nómina
                del Parlamento Europeo, que es como el reinado de Witiza, oscura
                y remota. Los tienen con melena a lo Cordobés o a lo Beatles en
                el concierto de Las Ventas, tela de antiguos. Completamente
                yeyés. A Aznar le dieron donde Polanco un yeyé legítimo de
                este modelo cuando llamó para pedir que le mandaran
                urgentemente un portavoz.
                 Como ese
                remoquete militar de la logística en la sociedad
                civil, la verdad es que el portavoz yeyé nos rejuvenece
                bastante cuando sale por la tele para explicar lo que tenga que
                explicar. Nos quita años de encima. Sale Pío Cabanillas con
                esos pelos y la TV se pone en blanco y negro, completamente
                Paseo de la Habana, que era Torrespaña con menos negritos en
                nómina. Yo veo al portavoz yeyé con esa melena y es que me
                entra una nostalgia... No sé si el portavoz yeyé, como todo
                demócrata que se precie, tiene en su biografía la carrera de
                los 100 metros lisos delante de los grises en la Universitaria.
                Los pelos de aquella época sí que los conserva. Como también
                creo que conserva todo el estilo del fuego de campamento del
                polanquerío. 
                Lo malo del portavoz yeyé no son los pelos,
                sino lo poco que convence. Más que portavoz, parece
                correveidile del Gobierno. Antes teníamos unos portavoces que
                parecía que les salía del alma lo que decían. A éste no.
                Este no sabe disimular que su actual jefe lo ha llamado y le ha
                dicho: "Corre, ve y diles que los vascos tanto o que los
                camioneros más cuanto..." Ni él mismo está convencido de
                lo que dice. Si fuera vendedor de coches, la Ford había
                presentado suspensión de pagos. No ya un coche de segunda mano;
                a éste no hay quien le compre ni el bólido de Fitipaldi.
                Cuanto dice suena tan antiguo como sus pelos. 
                Que son un agravio infamante. ¿Así quieren
                arreglar el problema vasco? Sale el yeyé con ese latifundio
                capilar diciendo lo suyo, y aparece después el pobre Iñaki
                Anasagasti con los tres pelos locos de su ensaimada, y da una
                penita... Propongo una suscripción nacional para pegarle
                urgentemente un pelado en condiciones al yeyé. Así podremos
                empezar a hablar del problema vasco en igualdad de condiciones
                capilares. 
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