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Siempre
que estamos apurados de espacio en casa, la abuela se nos pone
de parto. No están acabadas de poner las pegatinas de CAT en
las matrículas de los vehículos oficiales de la Generalidad de
Cataluña, cuando la minoría (y tan minoría) andalucista de la
Diputación de Sevilla pide que lleven la A de Andalucía todos
los coches inscritos al Sur de Despeñaperros, al norte de las
pateras de Tarifa, al oeste de los submarinos nucleares de
Gibraltar y al este de la "espantá" de los suecos
contaminadores que cogen el dinero de las subvenciones y corren,
a ésos sí que no les vemos la matrícula. No entro en la
polémica de las matrículas en autonomías donde el sentimiento
nacionalista cuenta más que el provincial. Pero en la mayoría
de las capitales españolas no saben el favor que nos han hecho
quintando las iniciales provinciales en las matrículas. Ahora
es cuando podemos ir con total tranquilidad en nuestros coches a
ver a nuestro equipo de fútbol cuando juegue con el vecino el
partido de la máxima rivalidad, el derby que le llaman los
cursis. Dos seguidores del Depor, por ejemplo, están hablando
de que el club de sus sueños juega en Vigo y planean el viaje:
-- Pues si el partido es a las cinco, podemos
salir de aquí a las...
-- ¿Pero tú estás loco? ¿Vas a ir en tu
coche, con matrícula de Coruña? ¿Quieres que te lo rompan,
como aquella vez en Oviedo?
Y se van en autobús, claro, por culpa de la
matrícula provincial. Aquí el sentido de identidad autonómica
es tan fuerte que al sevillista le rompen el coche en Málaga.
Por eso precisamente se ha quedado el Málaga en Primera, para
que a sus seguidores no les rompan los coches sus hermanos
andaluces de Córdoba, de Jaén, de Huelva. Pero al de Huelva
sí que se lo siguen rompiendo cuando el Recre juega en
Córdoba.
Muertas las matrículas provinciales, se
acabó la rabia de la afición contra el coche del que aplaudió
el muy mamonazo cuando nos marcaron aquel penalty. Si me gustan
las matrículas europeas es porque ya no estaremos como en aquel
verso de Antonio Machado: "Extranjero en los campos de mi
tierra..." En los campos de fútbol, naturalmente.
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BAJAR, PRUEBE LA PRÓXIMA VEZ EN OTRA VERSIÓN, PINCHANDO
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