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Anda,
pues ahora resulta que los asesinos de la ETA tenían criterio.
Lo acabamos de descubrir por negación de contrarios en la
habitual clase de Sofística que ha dado en el
"batzoki" de guardia el profesor Arzalluz, que como es
doctor en Teología es quien más sabe de criterio del mundo y
que como es el Primo de Zumosol de la Hache del Hacha, pues es
quien más sabe de lo que la banda tiene o deja de tener. Al
jesuitón arrepentido le sigue tirando el cuerpo hacia Jaime
Balmes. Al fin y al cabo, en sus discursos hace tomística
neoescolástica. Mucho silogismo en Barbara sobre los bárbaros
del Norte, de los que por cierto en el Sur comenzamos a estar
hasta los mismísimos Despeñaperros. Igual que el señor cura
nos ha dado la homilía sobre "El Criterio" de Balmes,
debería haber aplicado el silogismo a sus antiguos colegas. En
una formulación de este tenor, con su voz de barítono: si el
mandamiento de la ley de Dios dice "no matarás" y la
mitad de los curas de Vizcaya no condenan los crímenes, ergo
esos curas no creen en Dios o al menos no cumplen sus
mandamientos.
Sin silogismos y sin Balmes que valga, me parece que al cura
exclaustrado y a sus feligreses comienza a hervirles el agua del
radiador porque han empezado a tocarles los costados. Al señor
cura le parece dentro de todo criterio que sus feligreses quemen
un cajero automático o una sede del PP, pero ¿dónde vamos a
llegar, que están ya quemando hasta "batzokis"? Y en
cuanto a cocineros, ídem de lienzo: de lienzo manchado de
sangre sobre una calle, cubriendo un cadáver destrozado por una
bomba o abatido por dos tiros en la nuca. Por voz del cura
habló el hermano del cocinero Ramón Díaz, cuando nos mostró
a España entera su extrañeza ante el crimen. Ramón Díaz
tenía dos hijos a los que les olía el cuerpo a la gasolina de
estos chicos, ¿cómo pueden matar a los nuestros? Y lo terrible
del concepto del criterio expuesto en la última homilía. Es
lícito, por lo visto, asesinar a un concejal del PP o del PSOE,
pero no a un pobre colega de Arzak que, encima, tiene dos hijos
de los nuestros.
Naturalmente que digo todo esto como machacante. Mercenario,
por supuesto, y asaz tertuliano. Por cierto, señor Mayor Oreja:
a ver si nos aplica usted la sentencia de la congelación de
sueldos a los machacantes, mercenarios y tertulianos y nos paga
los atrasos... Qué antiguo está Arzalluz. Como odia tanto a
las Fuerzas Armadas, no sabe que ya no hay ni asistentes de los
oficiales ni machacantes de los suboficiales. Si ya no se les
dice machacantes ni a los duros de plata con que los empresarios
pagan la extorsión... Así que supongo que nos llamará
machacantes como participio activo de lo que hacemos: machacar
en el hierro frío de llamar a los criminales por su nombre y a
los cómplices por el suyo. Que es el nombre del Divino
Impaciente.
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Biografía de Antonio Burgos
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