|
Digo
ahora lo mismo que Curro el Aparcero de Arcos. Cuando Curro, el
aparcero de Jesús de las Cuevas, entró en la biblioteca de la
casa del escritor en Arcos de la Frontera, al ver tantos libros
durmiendo su sueño en sus baldas, estantes y anaqueles,
exclamó:
-- Don Jesús, ¡cuántos jornales perdíos!
Tras en entrar y salir muchas veces en la casa de Internet
para leer en vivo y en directo el escrutinio de las elecciones
vascas, tras haber oído las generales dudas con que a las 8 de
la tarde eran acogidas las estimaciones a pie de urna de las
encuestas israelitas, vietnamitas, coreanas, nigerianas o como
se diga, me he acordado de Curro el Aparcero y con él exclamo:
-- ¡Cuántos jornales perdíos!
Cuántos jornales perdidos y cuánto dinero tirado a la calle
para hacer a pie de urna las encuestas de Sigma Dos, de
Demoscopia, de Eco Consulting, de Opitel... Estimaciones del
papel mojado. Nunca una prisa nos cuesta tan cara como en día
de elecciones. No solamente en las elecciones vascas; en todas.
Igual que se prohibe que el CIS dé sus encuestas cinco días
antes, se debería también prohibir que tiremos el dinero a la
calle de esta forma tan tonta. Total, por no saber a las 8 de la
tarde absolutamente nada de lo que ha pasado, nos gastamos
millonadas. Una vez gastadas, tenemos un panorama electoral que
no se parece en nada al que los ordenadores echando humo te van
a dar apenas dos horas después de cerrados los colegios, pero
ya con el 75 o del 80% escrutado. Cuando estoy escribiendo estas
líneas, a las 22,24 horas de la noche del domingo, en el sitio
de Internet de El Mundo tengo a la vista los resultados del 98 %
escrutado.
Y en viéndolos, pienso en los otros jornales perdidos, que
no son menos que los sueldos de los sociólogos electorales.
Hablo de los perdidos jornales de esperanza de una solución por
vía electoral, que ésos sí que no hay dineros que los pague.
Los jornales de lo que creíamos algunos que, una vez superadas
las dos Españas, no tenía por qué haber dos mitades
irreconciliables en "ese país", que es como a habrá
que ir llamándolo, ya que ellos empiezan a restregarnos lo de
"este país" quizá como una fórmula de despedida de
la Constitución y del Estatuto... Porque si la crecida de votos
del PNV ha sido, como dicen, a costa de Herri Batasuna o como
ahora se llame el brazo político, cualquiera va a aguantar los
sermones del cura en la campa. Esta mitad de los jornales
perdidos va a seguir dándonos con lo de "este país"
hasta en el carné de identidad. Vasco, naturalmente. Ya, Virgen
de Fátima (que vaya pajarazo que pegaste en tu día), me
conformo con que no me obliguen a sacármelo para poder andar
por Sevilla.
Hemeroteca de
artículos en la web de El Mundo
Biografía de Antonio Burgos
Libros
de Antonio Burgos en la libreria Online de El Corte Inglés
Libros
de Antonio Burgos publicados por Editorial Planeta -
|