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La
mejor prueba de que Bulgaria es aún una República (y España
qué quieren que les diga) es que en nuestros medios llaman
"ex Rey" a Simeón II. Ese "ex" es el
resellado republicano que les ponen a las efigies de los reyes
en las monedas de la Historia cuando los destronan y destierran.
Cuando Don Alfonso XIII cogió el Hispano Suiza camino de
Cartagena, no sólo embarcó en un buque de la Armada rumbo a
Marsella, sino que empezó a ser llamado "el ex Rey Alfonso
XIII". La II República se vengó del régimen monárquico
a golpes de preposición. La antigua Corte se llenó de ex
duques, ex marqueses y ex condes. De puro milagro en los parques
los pavos reales no pasaron a ser pavos ex reales. De real aquí
sólo quedó la moneda de 25 céntimos.
Contemplada nuestra transición desde la metáfora búlgara,
una de las mayores grandezas de la democracia española fue la
concordia sin ex. El consenso consistió en no arrojarle en la
cara el ex a nadie. En el no escrito Pacto de la Amnesia se
decidió que ni Suárez fuera el ex ministro secretario general
del Movimiento ni Don Juan Carlos, el ex Príncipe de España;
del mismo modo, Carrillo no fue el ex delegado de Orden Público
en el Madrid de Paracuellos ni Areilza, el ex alcalde del Bilbao
tomado por las tropas sublevadas. Ni ahora tenemos ex. Nadie le
dice ahora a González ex presidente del Gobierno. Le dice cosas
peores.
Niego la mayor de que Simeón II sea ex rey. Llamar ex rey a
un rey con todos sus avíos como el búlgaro es una alarmante
señal sobre la convicción de que España
sea una Monarquía. En las Monarquías se sabe que la Corona
imprime carácter. El que fue rey, siendo rey se muere, aun
desterrado, en la habitación de un hotel de Roma. Se nace rey
como se nace moreno o con los ojos azules. Con unos derechos
irrenunciables. Los reyes nunca son ex. Eso hay que dejarlo a
Ramoncín, que sí que es el ex Rey del Pollo Frito. Simeón II
nació para rey y como rey ha defendido las libertades de su
pueblo. Ha aprendido más de cuanto se dice de Don Juan Carlos,
ya que ambos son amigos y residentes en Madrid. Que el
Movimiento Nacional Simeón II haya ganado las elecciones no me
extraña. Aquí ya ganó unas elecciones sin urnas, contra los
que querían romperlas, el Movimiento Nacional Juan Carlos I.
Fue un 23 de febrero, ¿lo recuerdan? Como en Bulgaria ahora,
entonces eran los antiguos comunistas los más entusiasmados con
el rey. Y si ahora Don Juan Carlos se presentara a unas
elecciones, arrasaba por mayoría absoluta, sin necesidad de
yupis de Merrill Lynch. En Bulgaria ha ganado el sufragio
universal de los siglos que es la Monarquía. Simeón II
gobierna, pero no reina. Todavía. Tranquilos, que los reyes no
son escopetas, ¿no, Don Juan Carlos?
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