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Ya
es puntería. España tiene 3.904 kilómetros de costa. Y en
todos esos 3.094 kilómetros, los chiquichancas de la Moncloa
que han buscado la casa del veraneo de Aznar no han encontrado
nada desde donde se vea el mar. Le han encontrado en Menorca una
finca rústica dedicada a la siembra de forrajes que dista del
mar algo así como el alcalde etarra de Leiza (el cómplice del
zarcillo en ambas orejas) de los sentimientos humanitarios.
Que desde este erial de Mahón no se vea el mar y haga una
calor subsahariana es la realidad. Es decir, todo lo contrario
de lo que han hecho creer a Aznar. A Aznar lo habrán convencido
de que la finca es el lugar mejor del Reino para veranear. Que
se quiten la casa del rey Fahd en Marbella, la casa de la
Duquesa de Alba en Ibiza, la casa del mal fario que tiene el Rey
en Fuerteventura, donde murió la Condesa de Barcelona. Ya se
sabe: todo el mundo, a la hora de elegir la casa de sus sueños
para el veraneo, escoge un buen erial, y si es un barbecho con
la rastrojera quemada y en lo alto de un monte, justo donde
Colón perdió el gorro, mejor que mejor. A esta hora incierta
de este ciertamente sangriento mes de julio con la reedición
trágica del asesinato del Teniente Castillo y del proto-paseo
de Calvo Sotelo, Aznar estará convencidísimo del hermoso
paisaje marinero que contemplará desde ese erial de Mahón.
Para eso están los agradadores. Los agradadores le habrán
dicho:
-- Presidente, no vea el lote de ver mar que se va a pegar
usted en Morell...
Y Aznar está convencido. Aznar es un hombre entre dos
problemas: su soberbia y sus agradadores. En su soberbia, sólo
oye a los agradadores. Padece el famoso Síndrome de la Moncloa,
pero con agradadores. Y llega a más que sus antecesores.
González nunca hizo ministra a la mujer de ningún agradador de
la Bodeguilla, a la mujer de Lebrijano, por ejemplo. Aznar ha
puesto la Sanidad y el Consumo en manos de las señoras esposas
de sus agradadores. Le dicen por la mañana que España va para
cuarta potencia mundial, y se lo cree. Espejito, espejito: ¿en
qué potencia mundial no hay vacas locas, ni huelga de Iberia,
ni colapso de aeropuertos, ni legionella, ni inmigración, ni
delincuencia, ni inflación, ni separatismo? En aquel país
ideal llamado España que le pintan sus agradadores. Hay
síndrome de Estocolmo y síndrome de agradadores. En la soledad
del poder, lo más peligroso es el cerco de los agradadores.
Llegará el final de agosto, Aznar volverá a la Moncloa y
estará convencido por los agradadores de que ha pasado el
veraneo a la orillita del mar. Exactamente igual que aquellos
duros antiguos que se encontraba la gente: a la orillita del
mar.
Más sobre el
veraneo de Aznar: "Los mosquitos de Aznar"
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