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Muchos
días, al final de este artículo, verá usted que vienen unas
señas de Internet: el nombre de su autor escrito todo junto,
con el obligado punto com de la sociedad de las autopistas de la
información y de las callejuelas sin salida de la informática.
Significan esas letras quizá para usted cabalísticas que en
ese sitio de Internet podrá encontrar este artículo, así como
todos los anteriores del autor publicados en estas páginas, lo
mismo que diversas y peregrinas materias sobre sus libros, una
antología de sus textos, sus letras de coplas y diversos
cibernéticos modos para encontrarse a Sevilla y Andalucía
desde España y la Humanidad. Ese sitio virtual se llama como
esta sección, con un juego de letras muy estilo Casal el de los
Bolsos con su presencia en la red: "El RedCuadro".
Si al modo de muñeca rusa escribo sobre "El RedCuadro"
desde "El Recuadro" es porque esta apasionante
aventura de los textos periodísticos en Internet acaba de
cumplir cinco años y visitantes habituales del sitio me animan
a que lo haga. Cinco años, al lado de los 3.000 que tiene
Cádiz, es una tontería. Pero cinco años en Internet, donde el
tiempo fluye mucho más irreparablemente que en las esferas de
los relojes ingleses de Enrique Sanchís, es una imagen bastante
aproximada de la eternidad. En cinco años, los avances
tecnológicos han sido espectaculares. Por hablar sólo de
España, hemos pasado de aquel Internet de cuatro chalados con
sus locos cacharros conectados a los escasos nodos americanos de
Compuserve a este Internet entendido como un bien público, con
muchísimas escuelas conectadas al invento como elemento de
trabajo, con la banda ancha del ADSL permitiendo la conexión
continua sin la total ruina de su propietario a la hora de pagar
la factura de Telefónica.
Hace cinco años colgamos "El Recuadro" de papel en
"El RedCuadro" de Internet porque en aquellos entonces
ni EL MUNDO como periódico estaba presente en la red. A qué
velocidad no irá esto, que hoy, como habrán leído, EL MUNIDO
no solamente está en Internet, sino en cabeza de Los 40
Principales de la prensa electrónica española, más visitado
que Lourdes por las beatas, en el entendimiento de sacar todas
las ventajas al nuevo medio del periodismo electrónico, que
permite el diario de cierre continuo e instantáneo a la
noticia. Cuando pusimos aquel sombrajo sevillano en la era
mundial de Internet, descubrimos que también había un
subdesarrollo andaluz en lo cibernético. Lo comprobamos
mediante los mensajes electrónicos de lejanos lectores, que
daban las gracias por esta presencia de nuestra tierra en la
red. El andaluz emigrante en algún país de Sudamérica, el
muchacho recién licenciado que estaba haciendo su master en una
capital europea, el sevillano residente en Madrid o en Cataluña
encontraban aquí parte de la Andalucía que buscaban, y no
encontraban, tecleando las señas de nuestra identidad en Google
o Yahoo.
A todos los que a diario nos visitan desde tan lejos y leen
este trozo de Andalucía en Internet, nuestro agradecimiento.
Agradecimiento que es especial para los lectores que en estos
cinco años nos propusieron asuntos de qué escribir o nos
aportaron sugerencias. Gracias a "El RedCuadro",
muchos andaluces de la diáspora se relacionaron entre sí,
descubrieron lo que buscaban de nuestra tierra. Aunque parezca
mentira, me pongo colorado cuando pienso que en esto del
periodismo electrónico hemos sido adelantados en la mar oceana
de la navegación virtual.
Razones todas por las que comprenderán que cuando Chaves se
pone ante el teclado del ordenata y habla de la segunda
modernización de Andalucía tenga que aguantar la risa floja
que me entra...
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