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Veo
a Sadam Husein de paisano, con su jipijapa de breves alas y sus
gafas oscuras, y me digo: ¿de qué me suena a mí esta cara? He
tardado en dar con quién me recuerda este tío. Pero al final,
tras muchas vueltas, ya está: ¡este tío es como Antonio
Mairena con el panamá! Hay una foto del bar de Pepe Pinto donde
Mairena está con La Niña de los Peines, con Chocolate, con el
propio Pinto, con ese mismo sombrero indiano y esas mismas gafas
de sol, y es exactamente Sadam. ¿No se las va a buscar por
cante Sadam con los americanos? Sadam ha conseguido que el mundo
entero le entre a compás, vamos, sordas, y ha metido a la
intelectualidad en el cuarto de los cabales, como hizo Mairena.
Sólo que en el ojal, en vez de un clavel del señorito, llevan
el metacrilato del "no a la guerra".
No me extraña, pues, que Sadam
se haya puesto flamenco frente a los americanos. Se ha puesto
flamenco porque es flamenco. No sé por la Europa central de
carromatos y violines zíngaros, pero en mi tierra de cantaores
que tienen sangre de reyes en la palma de la mano y de toreros
que paran los relojes cuando dejan caer sus muñecas, flamenco
es sinónimo de gitano. Flamenquito es gitanito. Y Sadam Husein
levanta tantas simpatías, aun siendo un pedazo de dictador
sátrapa, porque la gente lo ve y le parece un flamenquito
apaleado.
Vestido de militar es otra
cosa. Vestido de militar, con ese bigotazo de guardia civil de
"Morena Clara", Sadam le echa guindas al pavo de la
memoria y recuerda demasiado lo que es. De militar, lleva el
uniforme del cuerpo al que pertenece: el uniforme de Fidel
Castro, el uniforme de Pinochet en versión de campaña. Pero de
paisano, vende cal. Y se la compran. De paisano Sadam parece que
no ha roto un plato. Un gitano aleluya de los que llegan al
mercadillo de Marbella con la furgona en cuyo parabrisas pone
"Cristo vive" y extienden su puestecillo de
antigüedades auténticamente falsas. Ves a Sadam con el
jipijapa de Antonio Mairena y con las gafas oscuras de Chocolate
y compruebas que el mundo entero le está comprando como buenas
sus antigüedades falsas.
Por si no quedara
suficientemente claro, en el reportaje biográfico del francés
Joel Sirel se lo han puesto hasta en el título: "Tío
Sadam". Así es como llaman los flamenquitos a todos los
señores mayores de su etnia gitana: tío. A los gitanos les
pasa como a los Domecq o a los Borbones, que todos son tíos y
primos. Cuando lo ven con el jipijapa de tío Antonio Mairena
(aunque sea un sombrero blindado por dentro con kevlar) los
gitanitos jóvenes le dicen "Tío Sadam". Para el Tío
Casiano, que es de su quinta, será "Primo Sadam". Los
americanos, más blancos que un olivo, no se enteran ni papa de
esto que Sadam vende cal. Aznar, menos todavía. Pero mira cómo
González comprende el compás de Tío Sadam, vamos, sordas...
Para mí que González le ha dicho a Zapatero que le compra
todas las mercancías averiadas de su furgoneta para que él
pueda llevárselo a la Bodeguilla para que se dé una vueltecita
por bulerías.
Sobre Antonio Mairena en El
RedCuadro:
Antonio Mairena, San Pedro de las llaves del cante
La Tertulia Flamenca de Radio Sevilla
Niños y Niñas del cante
Hemeroteca de
artículos en la web de El Mundo
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