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                que no es rosa, es salmón. Cada vez estamos más rosáceos y
                más asalmonados, como el bonito de Albo. Cada vez le metemos
                más el diente a las páginas económicas de color salmón en el
                papel de los periódicos. Somos un poco como esos mendigos de
                Mingote que están debajo del puente y que van a resguardarse
                del frío con papel posteta, aquello que decía Ramón Gómez de
                la Serna que el que más abrigada era el "Heraldo de
                Madrid". Y antes de taparse, le dice un mendigo al otro: -- A ver, déjame que mire
                cómo está el Indice Nikei... Pregúntennos lo que quieran
                del Indice Nikei, del precio del barril de petróleo antes del
                chocolate de Bush y después del chocolate de Bush.
                Pregúntennos lo que quieran de esos animales feroces que son
                las opas. Todas las opas son hostiles, bravías, montaraces,
                cimarronas. Puede haber un moro amigo, como los que busca Chaves
                en Rabat para repartirles chocolatinas, bombones y caramelos
                mientras en su tierra los empresarios tienen que pasar un
                pañuelo para reparar las colegiatas barrocas que se hunden,
                porque dice su consejera de Cultura que si se da dinero en
                Andalucía para las iglesias católicas y no para los templos
                budistas, qué van a decir los budistas. (Como ustedes saben,
                los turistas de todo el mundo llegan a Córdoba, a Sevilla y a
                Granada para admirarse de los templos budistas que cuida la
                consejera Carmen Calvo, claro.) Que iba diciendo que puede
                haber un moro amigo, pero nunca una opa amiga. Hay domadores de
                tigres, de elefantes, de serpientes, pero no de opas. ¡Lo que
                darían los Oriol ahora mismito si pudieran contratar a Angel
                Cristo como domador de opas en ese circo de Iberdrola donde les
                han crecido los enanos! Y como sabemos tanto de la información
                salmón, de las opas y de la EPA, del mibor y del euribor, pues
                está muy bien el orgullo patrio que hemos sentido al enterarnos
                que Telefónica es la sexta compañía del mundo que más dinero
                ha perdido en el año 2002. No crean que es fácil. El sector de
                las telecomunicaciones está a dos velas. Dos velas de
                tecnología punta y GSM, naturalmente. France Telecom ha perdido
                un huevo y Deustche Telekom, un huevo y parte del otro. Pero
                nada como Telefónica. Gracias a los ímprobos esfuerzos que
                hizo Villalonga, aumentados y corregidos luego por Alierta,
                Telefónica, así como quien no quiere la cosa, está en cabeza
                de los 40 principales de los grandes barquinazos mundiales. En
                su imperio europeo de la tercera generación se ha puesto el
                sol, y el apaga y vámonos ha costado un riñón, pero un
                riñón que ríase usted del riñón de mi primo Germán Burgos,
                a quien felicito por su recuperación. Ya estaba bien de que Amancio
                Ortega, el silente dueño de Zara, saliera en la lista de los
                más ricos del mundo y de que en puesto de UEFA de la
                clasificación del "Fortune" hubiera siempre un Oriol
                o un Ybarra, o las dos cosas. La OPA para quien la lanza y la
                ruina para el que la trabaja. Sí, señor, muy bien eso de que
                Telefónica bata las marcas mundiales del barquinazo. Tanto
                esfuerzo de Villalonga y de Alierta en tirar el dinero de los
                accionistas no podía quedar sin reconocimiento internacional.   
  
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