|
Los
admiro por su perfecta técnica del similiquitruqui. Es digna de
admiración la enorme capacidad de sofisma que tiene el PSOE,
para dar la vuelta a los calcetines más sucios y con más
zancajos, y para girarse en un ladrillo, como ahora en el chotis
que se han montado ellos con ellos en Madrid. ¿No dicen los
castizos de los Madriles que el chotis hay que bailarlo en un
ladrillo? Pues ahí tienen chotis y ahí tienen ladrillo,
¿será por ladrillos? El ladrillo es la modernidad y el
progreso. El bloque de izquierdas acaba siempre en un bloque de
viviendas. Dadme una Consejería de Urbanismo y moveré el
mundo. Gobernemos para todos y todas: todos los ladrillos y
todas las inmobiliarias. La ideología era un ladrillazo de
pesada. Ahora han quitado toda ideología y se han quedado con
el ladrillo. La tierra para quien la trabaja, no: el ladrillo
para quien lo recalifica.
Admiro la enorme capacidad que
tiene el PSOE para hacer de lo Blanco (con mayúscula) negro
(como el dinero). ¿Dónde lo han aprendido, que el más tonto
devuelve las pelotas al tejado del PP con maestría de Roland
Garros? ¿Cómo son todos maestros en el arte de la negación de
la realidad? ¿Les entregan un manual con el carné? Todos son
licenciados en la Facultad de Ciencias del Similiquitruqui.
Summa cum laude. Lo suyo es el similiquitruqi de hacer siempre
responsables a los otros. Ni el más experto trilero maneja las
tres cartitas con esta efectividad: el infierno son los demás.
Son unos genios dando el tocomocho a la opinión pública, que
cuando abre el sobre donde creía que estaba la tela del telón,
se encuentra con un montón de recortes de periódicos. Ni que
decir tengo de qué periódico son esos recortes del tocomocho
del similiquitruqui.
Hicieron de cine el
similiquitruqui del chapapote y el similiquitruqi del "no a
la guerra", con la troupe de los artísticos saltimbanquis
del similiquitruqui. Hicieron similiquitruqui hasta con las 62
banderas de España que cubrían los 62 ataúdes de la pista de
Torrejón. Ahora el similiquitruqui del ladrillo lo han hecho de
Oscar. De todo cuanto ocurre, hacen al PP culpable. Han llegado
a rizar el rizo del similiquitruqui hasta esta maravilla de
hacernos creer primero que el PSOE ganó las elecciones en
Madrid y después que el PP es el culpable de la corrupción de
los dos que a la hora de votar fueron a comprar tabaco y
todavía los están buscando. Similiquitruqui en mano, el
peligro para la democracia siempre es el PP. El similiquitruqi
impide que veamos cómo ha empezado otra vez a funcionar la
máquina de los cafelitos de Juan Guerra.
Hemeroteca de
artículos en la web de El Mundo
Biografía de Antonio Burgos
Libros
de Antonio Burgos en la libreria Online de El Corte Inglés
Libros
de Antonio Burgos publicados por Editorial Planeta -
Correo
|