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Pongamos
el ejemplo con Europa, ahora que la Unión nos ha largado una
Constitución sin comerlo ni beberlo, como cada dos por tres una
directiva que nos amarga la vida y que tiene más fuerza que una
ley del Congreso de los Diputados y desde luego mucha más que
una sentencia del Supremo en el parlamento vasco. El ejemplo es
que es el padre está con su hijo en el museo. Un museo del
extranjero, naturalmente. Los españoles vamos mucho a los
museos... cuando estamos de vacaciones en el extranjero. Ojalá
los españoles conocieran el Prado como el Louvre. Todo el que
va a Londres se mete en el Museo Británico o en la Tate Gallery;
a quien va a Madrid ni se le ocurre entrar al Prado. Así que en
nuestra fábula padre e hijo, en ese museo de por ahí,
contemplan un cuadro que representa el rapto de Europa. Y el
niño le pregunta al padre:
-- Papá, ¿quién es esa
señora montada en lo alto de un toro, como si fuera el padre de
la niña de Belén Esteban?
Con el destierro
de las Humanidades hemos conseguido que los estudiantes
crean que Esquilo es un pivot del Panatinaikos, y que quien
aparece con los leones en el escudo de Andalucía es Ángel
Cristo de joven. Ven una escultura de Mercurio y preguntan
quién es ese señor de las alitas en los pies y están
convencidos de que Marte es un día de la semana pronunciado por
Chiquito de la Calzada. Todo esto se ha logrado perfectamente.
Aquí, mucho Harry Potter, pero muy poca cultura clásica. Y no
saben lo que se pierden. ¡Ay, si la Warner Bross se enterara de
los viajes de Ulises como le ha visto la punta comercial a las
novelas de J.K. Rowling!
Como además dicen ahora que
enseñar Religión es anticonstitucional, estamos a punto de que
con la iconografía cristiana nos pase como con la mitología
clásica. Si los planes de estudio y la Constitución europea
dejan al lado el poso cultural de la civilización cristiana, no
le arriendo las ganancias a los estudiantes de Historia del
Arte. El cuadro del rapto de Europa estará tirado al lado de
ese señor que está desnudo, cosido a flechas. ¿San Sebastián
dice usted que es? Qué curioso, como la ciudad de Odón Elorza...
¿Y dice usted que este otro que está con la llave en la mano
no es Mister Minitt, sino San Pedro? Ah, sí, uno de aquellos
doce amigos que vimos en ese otro cuadro de Leonardo, que están
todos almorzando en una mesa muy larga... ¿Que no es el
almuerzo, que es cena, y última, además? ¿Qué pasó, que
bebieron todos más de la cuenta, se pelearon y la pandi ya no
se reunió más a cenar? Sí, aquello no debió de terminar
bien, porque al que convidaba, el que está presidiendo la mesa,
uno así con los pelos muy largos, lo he visto también en otros
cuadros de una forma muy rara: desnudo, nada más que con un
taparrabos, y clavado por las manos y por los pies en unas
tablas, eso debe de ser cosa de la Inquisición... (Como bien
saben, esto es lo progresista y europeo: no tener ni idea de las
raíces clásicas y cristianas de nuestra cultura pero saberlo
todo en cambio del conocimiento del medio de Castilla-La
Mancha...)
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