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Las
tropas españolas en Irak...
-- Pare usted el carro...
-- ¿Por qué he de parar el
carro, se puede saber? Además, que esto ya no es el carro de la
máquina de escribir, sino que como le hacemos caso a la Segunda
Modernidad de Chaves, y a la Tercera si se tercia, esto es
teclado cibernético de la escritura informática, ¿será por
esdrújulos?
-- Pues pare usted eso y tenga
mucho cuidado con lo que ha escrito...
-- ¿El qué?
-- Eso de "las tropas
españolas"...
-- ¿Qué les pasa a las tropas
españolas?
-- Que tal como lo ha dicho
usted es retrógrado. Tan reaccionario como los que protestan en
Ecija porque el ayuntamiento organice un despelote masculino en
honor de la liberación de la mujer...
-- ¿Y cómo hay que decir lo
de "las tropas españolas"?
-- Efectivos... Ya no hay
soldados, ni tropas. Todo eso es fascista. Ahora son efectivos.
Así que adecue usted su lenguaje, que le tengo por liberal de
Cádiz y no me pega que diga usted estas cosas...
Efectivamente: efectivos.
Bueno, pues los efectivos españoles en Irak no llevarán el
escudo de la Cruz de Santiago, ¡me cago en la Orden cana!, como
medio blasfeman aún en las tierras andaluzas y extremeñas de
su antigua jurisdicción. Lo de Santiago les suena a los progres
a Matamoros, a Reconquista, y ya saben lo políticamente
correcto: igual que la guerra civil la ganaron moralmente los
republicanos (confróntese el seminario de Carmona en curso), en
la Reconquista vencieron moralmente los moros, y está feo
señalar al Señor Santiago en su caballo blanco cargando contra
aquellos hijos de Muza o como decía Paco
Alba: "Aquellos hijos de Alá, tienen costumbres
extrañas, aviao vas si te cogen vuelto de espaldas, vuelto de
espaldas..." Salamalecún (sigamos con "Los
Beduinos" de Paco Alba), la mojama del atún de la Brigada
Santiago te la vas a jamar tú, Federico Trillo, que yo jamelo
jalufo y le voy a poner al despliegue de las tropas, perdón, de
los efectivos, "Operación Alhucemas", que así no se
entera nadie, porque nadie tiene puñetera idea de qué fue
Alhucemas.
Pues Alhucemas es una bahía de
Marruecos, al pie de las montañas del Rif, entre los ríos Guis
y Nekor, que ahora se llama Al Hoceima, y donde precisamente el
8 de septiembre, cuando se ha evocado su nombre, de 1925,
España se adelantó por una sola vez y sin que sirva de
precedente a las técnicas bélicas, e hizo igual que los
americanos en Normandía veinte años más tarde, pero sin
película del día más largo, sin salvar al soldado Ryan, y sin
mito. Gracias a aquel desembarco, España evitó que la morisma
(sí, he escrito "morisma", ¿pasa algo?) siguiera
matando soldaditos españoles de reemplazo. Tras la matanza de
el Desastre de Annual, la iniciativa de la guerra pasó con el
desembarco de Alhucemas a manos españolas, y se pudo lograr lo
que en su tiempo se llamó "la pacificación de
Marruecos": la victoria militar en la última gran guerra
colonial. La popularidad del dictador general Primo de Rivera
ganó todos los enteros, cuando se vio que las madres españolas
dejaban de llevar mantones negros por sus hijos muertos por los
moros.
Y esto que es la Historia, ni
mejor ni peor, sino Historia, es lo que se trata de olvidar. Lo
que se desconoce absolutamente por culpa de los planes de
estudio. Los americanos, con Alhucemas, hubieran hecho novelas,
películas. Mitos de identidad. Nosotros decimos que recordar la
Historia, como aquella guerra la perdió Abd El Krim tras el
desembarco de Alhucemas, es fascista. Si a los efectivos de Irak
les hubieran puesto el nombre de los invasores Tarik y Muza, que
sí que eran de los nuestros, hubiera sido otra cosa...
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