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Símbolo
de España e incluso de las Españas, a García Lorca van a
tener que terminar apuntándolo sus herederos en el Registro de
Patentes y Marcas, como el toro de Osborne. Se podrá demostrar
así que Federico no es propiedad de Ian Gibson, ni de la
izquierda profesional, ni de la lamentable derecha de sus
imitadores copleros. No es que yo quiera que los herederos de
Lorca cobren derechos cada vez que un cartel de toros anuncie
que la corrida se celebrará "a las cinco en punto de la
tarde". Deseo únicamente, como ellos, que dejen los restos
mortales de García Lorca en paz. A Federico le tiene que estar
doliendo la cal de los huesos de que lo utilicen en la actual
exhumación de odios de la guerra civil. Los derechos de autor
están más que regulados en España. Del cobro de dramáticos y
musicales, del gran derecho y del pequeño derecho, se ocupa muy
diligentemente, que sus buenas comisiones se lleva, la SGAE,
Sociedad General de Autores y Editores, que para mí es como un
"ninot indultat" de los sindicatos verticales. ¿Cómo
podemos estar los autores y nuestros adversarios, los editores
depredadores de derechos, inscritos la misma sociedad? Es como
si existiera la Sociedad General de Patronal y Sindicatos, o la
Sociedad General de Policías y Ladrones.
Los que no están en absoluto
protegidos son los derechos de imagen de los autores, de los
pintores, de los poetas, de los escritores, de los pensadores.
Aunque se pague a sus derechohabientes hasta el último céntimo
por las regalías de sus obras, queda lo mollar: la utilización
interesada y a menudo rentabilísima del símbolo de una vida,
de un nombre, de un mito. Ahí es donde los poderes políticos
suelen entrar a saco para apoderarse de cuanto les interesa
demagógicamente. El PSOE, en el poder, creó de hecho el
Consejo Regulador de la Denominación de Origen Antonio Machado,
apropiándoselo. Aznar puso su "copyright", aunque sin
éxito, sobre Luis Cernuda. Ahora la Junta de Andalucía quiere
hacer suyos los respetables restos de Federico, que descansan no
en el Barranco de Víznar, sino en la memoria de España. Aunque
la familia se opone, la Junta, en la moda del desentierro de
odios, quiere buscar sus restos en la trágica fosa común de
Alfacar. La postura de la familia es de libro: "Estamos
convencidos de que las circunstancias de la muerte de Federico
García Lorca, por lo que se refiere a la constatación de la
memoria histórica, son lo suficientemente conocidas como para
que en su caso particular no haya que remover sus huesos".
Ahora que no está de moda la
reforma agraria, a la familia de García Lorca le quieren
expropiar la sagrada tierra donde descansa Federico. No quiero
ni pensar que sea cierto lo que se dice, que eso sí que sería
el más desgarrado símbolo de España. Por Alfacar cuentan que
hay tanto interés en exhumar los restos de los asesinados en el
Barranco de Víznar para convertirlo en terrenos urbanizables.
¿Mira que si lo que quieren de verdad es honrar al poeta
asesinado con la promoción inmobiliaria de las casitas adosadas
de la Urbanización "Memorial García Lorca", chalés
de tres y cuatro dormitorios con piscina y garaje?
Sobre los restos de García
Lorca, en Internet
La familia de Lorca rechaza la exhumación de los restos del poeta
La Junta de Andalucia autoriza la exhumaciòn de los restos de Lorca
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