Diario El Mundo

  Clic para ir a la portada

El Recuadro   

 Antonio Burgos
Pinche para conectar en El Mundo en Internet Ir a la pagina principalPágina principal-Inicio
El Mundo de Andalucía,  sábado 25 de octubre del 2003

  ¿QUIÉN HACE ESTO?              


ANTONIO BURGOS | PUNTAS DEL DIAMANTE


Nuestro Picasso

Ilustración de Idígoras y Pachi
Ilustración de Idígoras y Pachi       Anteriores Puntas del Diamante
Para su programa "El Público" de Canal Sur Radio, me llama Jesús Vigorra y me pregunta por mi Picasso. No por Pablo Ruiz Picasso. No por el autor del "Guernica" o de "Las señoritas de Avignon" o de la calle de Avignó como puntualizan los puristas. No por Picasso el de la paloma. Vigorra me pregunta por ese Picasso personal que cada uno tiene. Por nuestro Picasso. Preguntas que cualquiera puede responder: que cuándo lo conocí y que quién me lo presentó.

La pena es que a nuestra generación, digamos la de Mayo del 68, etiqueta roja, Picasso no nos lo presentó nadie. Cuando protestamos contra las carencias de los planes de estudio no nos acordamos de las ausencias de los que seguimos los de generaciones anteriores. Nosotros los de entonces del 68, que ya no somos evidentemente los mismos, el Picasso que conocimos de escolares se llamaba Dalí. No es que Picasso fuese un maldito: es que no existía. En el desfile de la victoria, la plaza montada de pintor para la polémica la ocupaba Dalí, los bigotes de Dalí, el "Don Juan" de Dalí, el Cristo de Dalí. Cuando pintaban vanguardias, lo más lejos que se llegaba era a Dalí. Un gran fotógrafo sevillano recién desaparecido, Haretón, quiso un día innovar los carteles de la Semana Santa con una de sus obras. ¿Qué hizo, un cartel picassiano? No, un cartel daliniano: tomó el contrapicado atrevidísimo del Cristo de Dalí, lo repitió en fotografía con el Crucificado del Calvario y, ¡hala!, aquí está la modernidad.

Porque de Picasso a lo más que se llegaba era a la negación daliniana: "Picasso es comunista; yo tampoco". O a la negación académica. Los alumnos de Filosofía y Letras teníamos en la clase de Historia del Arte a un profesor que se mofaba de Picasso desde la estética del franquismo. Proyectaba la diapositiva de las mentadas señoritas de la calle o la ciudad de Avignón y decía: "Aunque no lo parezca, éstas son las señoritas de Avignon".

Nos dejaron a Picasso en lo más terrible, en un doble destierro. Picasso era un pintor francés, un renegado español, comunista por más señas. En la película de buenos y malos del franquismo, Picasso era el malo de la cinta que habían hecho protagonizar a Dalí. Lo tuvimos, por tanto, que descubrir por nosotros mismos, en los años duros, cuando ver el "Guernica" en el MOMA de Nueva York con aún Franco en El Pardo era como acudir en peregrinación al Santiago de las libertades.

Por aquello del caballo blanco del Guernica, claro.

Caballo en el que ahora, por nuestra tierra, cabalga la libertad del arte de quien, si acaso es francés, se trata del mejor pintor francés que nunca nació en Málaga.

Nos libramos de Madrid 
No nos libramos de Madrid en el centralismo ferroviario que les quita los trenes del Ave a Sevilla para dárselos a Zaragoza y a Lérida. Pero al menos nos hemos librado esta vez de la campaña de las autonómicas. Se ha quedado de ellos con ellos y no nos ha salpicado. No nos han transferido la cuota de tensión y de violencia, como suele suceder. Si hasta para los madrileños ha pasado la campaña electoral sin pena ni gloria, imagínense para los andaluces. Esperemos que la siguiente, la catalana, también se quede por allí arriba y no descargue tampoco aquí abajo. Aunque esté produciendo ya frases que nos hacen pensar inevitablemente en nuestra situación, en esta España donde a veces los andaluces no les vemos ni la matrícula a los catalanes, por más que ya no haya placas donde Gerona se escribe GI. Por ejemplo, una frase de precampaña catalana que da que pensar. Ha dicho Rajoy acerca de Mas: "Mas dilapida la herencia de Pujol". Aquí, como Chaves se va a heredar a sí mismo, no cabe posibilidad de dilapidación alguna de herencia.

Ni Más ni menos

Hablando de catalanes, en el Principado hay como saben mucho andaluz. Y un andaluz ha tenido que ser, seguro, el que le ha sacado la última maldad a Mas, que ya circula por todos los confidenciales. Dice la maldad: "Los hay tontos, más tontos, mucho más tontos y simplemente Mas". Ooooooooooooole. Eso seguro que tiene que ser ni más ni menos que de un andaluz de Santa Coloma de Gramanet.

Paso de reptiles

Parece que ya le hemos hecho caso a Pedro Duque, el que está a bordo del campimplaya espacial para poder dedicarse a mantener con Aznar la conversación más tonta que oyó la galaxia, creo que Marte se puso más colorado todavía con las chorradas que decía el presidente del Gobierno en una conferencia que nos estaba costando tantísimo dinero. Si cuesta una fortuna hablar de fijo a móvil, que luego vienen esos facturones, imagínense con una estación espacial que está un poquito más allá del cruce de Las Cabezas. Pedro Duque dijo desde allí arriba que se acabó el "que inventen ellos" de Unamuno. Y aquí a los de Medio Ambiente parecía que se lo habían dicho. Pues en la carretera paisajística de Puebla del Río a Aznalcázar han inventado una nueva señal de circulación: "Paso de reptiles". Lagarto, lagarto... Como si hubiera pocos badenes para los linces, ahora los de los reptiles. (Esperemos que por esos pasos no circulen los conocidísimos fondos de reptiles.)

Deuda

No tiene la menor relación con lo que acabamos de decir, que conste. ¿Pero en qué estaría yo pensando al escribir estas últimas líneas, que me he acordado de un titular que venía el otro día en el periódico? ¿Que cuál era ese titular? Pues uno que ponía: "El PA debe ocho millones de euros".

Mi corrida picassiana 

Ahora que aquí a mano izquierda queda escrito lo que pienso de nuestro Picasso nuestro de cada día, dánosle hoy en forma de museo, les revelaré que antes que en Málaga inventaran la corrida picassiana (que ya dije que a ver cuándo les toca el turno a las velazqueñas) hice un día un experimento literario que es una especie de fiesta a lo Pablo Ruiz y que he recomendado a amigos con la doble militancia de los toros y la literatura: que releyeran el "Llanto por Ignacio Sánchez Mejías" de Federico García Lorca teniendo delante una reproducción del "Guernica". Lectura que les recomiendo para que lleguen a la profunda duda: ¿es la muerte de los españoles en el ruedo ibérico de la guerra civil lo que Picasso pinta para el Pabellón de la República Española en la Exposición de París, obra de José Luis Sert, o es el recuerdo que Picasso tiene de la lectura de la inmensa elegía lorqueña? Sin que tengan ahora delante el "Guernica", quizá les baste el recuerdo. En el cuadro de la gran metáfora de la guerra civil española están todos los elementos del "Llanto". Está "la blanca sábana" que trajo un niño a las cinco en punto de la tarde. Está la siembra de cristal y níquel donde "ya luchan la paloma y el leopardo". Vean, vean aquí: "En las esquinas grupos de silencio". ¿O es García Lorca quien, adelantándose al tiempo, está describiendo el cuadro en la muerte del torero? Lo digo por esta estrofa del solemne arte mayor, "Guernica" puro: "Yo he visto lluvias grises correr hacia las olas/levantando sus tiernos brazos acribillados,/para no ser cazadas por la piedra tendida/que desata sus miembros sin empapar la sangre." Al fin y al cabo, el "Guernica" es el recuerdo de "una brisa triste por los olivos" de España manchados de sangre de torero o soldado.

Picassiano Conde

Y pensando en el "Llanto" y en aquella lectura picassiana que le hice un día estaba, cuando recordé también lo que un purista del toreo me decía el otro día acerca del modo de interpretar la Tauromaquia que tiene el malagueño Javier Conde. No, no es Rafael de Paula evolucionado, no es el niño de Julio Aparicio que pudo haber sido y no fue. Esa inspiración, tan cercana a otras bellas artes, al Ballet, a la Escultura, a la Pintura, va por otro lado. Javier Conde no es de Málaga, es de Picasso. Que es quizá la mejor forma de ser de Málaga. Ese desmayo, esa ruptura de cánones, el atrevimiento rompedor contra las proporciones áureas, la suprema improvisación de la inspiración, son de lo más picassiano. No hace falta que esta tarde salga Javier Conde en el coso de La Malagueta con un vestido de torear como el que Picasso diseñó para su compadre Luis Miguel Dominguín. El hábito no hace el monje. Jesulín, de goyesco, si es Goya, es por la parte de los desastres. Pero Javier Conde, aunque se vista de terciopelo Cerro del Aguila y oro, como Morante de la Puebla, es por sí mismo la estética picassiana aplicada al toreo.


Memoria de Andalucía  La Andalucía de  Idígoras y Pachi

Idígoras y Pachi en el archivo del humor de EL MUNDO

 


Clic para ir a la portada  

Hemeroteca de artículos en la web de El Mundo

Biografía de Antonio Burgos  

Libros de Antonio Burgos en la libreria Online de El Corte Inglés

Libros de Antonio Burgos publicados por Editorial Planeta - 


Correo Correo


ABEL INFANZON "LA ESE 30"

PUNTAS DEL DIAMANTE

 


Pinche para conectar con El Mundo, edición íntegra en Internet

 

 

Copyright © 1998 Arco del Postigo S.L. Sevilla, España.

 

 

 

¿Qué puede encontrar en cada sección de El RedCuadro ?PINCHE AQUI PARA IR AL  "MAPA DE WEB"
 

 

 


 

Página principal-Inicio

Regresar a la pagina principal