anarias
y Cádiz ya suenan a Carnaval. España entera se dispone a
celebrar una de las conquistas de las libertades que nadie ha
destacado en los XXV años de la Constitución. A los dictadores
no les gusta el Carnaval porque es libertad y Franco lo prohibió
en plena guerra civil. En 1938, cuando el Ebro, no sabía si iba
a ganar o a perder la guerra, pero tenía claro que a él no lo
ponían en coplas y que ninguna salía disfrazada de Carmen Polo.
La democracia, con el Carnaval, nos ha
recuperado su honda filosofía. Aceptamos que el Carnaval
significa la subversión del orden, la suprema transgresión, la
sustitución de la norma por el caos. Si lo cantas con humor y es
Carnaval, puedes decirlo todo, no hay barrera de ley o de
costumbre que lo impida. Por lo cual me atreví a decir
el otro día en Conde Duque, al presentar en Madrid el Carnaval
gaditano, que, aparte de para asegurar la línea de sucesión
al Trono, el Príncipe de Asturias va a casarse con Doña Letizia
para asegurar el bingo de crítica a las comparsas y chirigotas y
que no les falte tema este Carnaval. En Cádiz llamamos a esto
echar un cable. En nombre de los comparsistas peninsulares y
canarios, alguien tendría que dar las gracias oficialmente a Don
Felipe, porque este año está cantado el tema estelar de las
coplas. Y nada digo de los disfraces. ¿Cuántos miles de Letizias
van a salir en el Carnaval que se nos avecina? El disfraz es
facilísimo, unisex, y sirve tanto para señora como para
caballero. Con que te busques un traje blanco de pantalón que
recuerde a Armani, te pongas una peluca rubia, manotees
convenientemente y mandes callar a tu pareja, vas perfecto de
Letizia: primer premio de máscaras a pie.
Doña Letizia no se enfadará por los disfraces,
y menos por las coplas. Quizá hiciera algo en "Informe Semanal"
sobre el Carnaval de Cádiz y sabe perfectamente que quien no
sale criticado en las coplas es que no existe. Ergo si Doña
Letizia existe, cuenta os dará de la memoria mía el repertorio
carnavalesco español, de Santoña a Badajoz, de Ciudad Rodrigo a
La Rúa del Carnaval de Barcelona.
Debemos actualizar el Carnaval. Si es
subversión, hora es que por Carnestolendas puedas hablar en
lenguaje políticamente no correcto sin que te llamen facha, y le
digas a todo de todo y por su orden. Hora es que, como excepción
transgresora de las nuevas normas dictatoriales de
comportamiento, el bien vuelva a ser el bien y el mal vuelva a
ser el mal, y que la medida de todas las cosas no sean el dinero
y la comodidad. Como transgresión del orden establecido, en
Carnaval los padres podrán exigir a los hijos que estén a las 12
de la noche en casa; los profesores, castigar a los alumnos
gamberros sin miedo a la APA. Si el Carnaval es subversión del
orden impuesto, no serán días de pecado y desenfreno, como
antaño, sino días de ley, de moral, de ética, de todo lo que
ahora falta durante el resto del año. En Carnaval, por ejemplo,
como se trata de subvertir lo establecido, hasta podremos exigir
a Atucha que cumpla la sentencia del Supremo sobre la
ilegalización de HB y a Carod que no rompa la unidad de España.
Antonio
Burgos y el coro de Julio Pardo presentan el Carnaval en Madrid
CARNAVAL
DE CÁDIZ 2004: GUIA PARA SEGUIRLO POR INTERNET