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diccionario de la indignidad se nos ha quedado corto con Carod:
vileza, ruindad, infamia, ignominia. Todo en español. Como la
propia entrevista que el gachó...--
Eso, eso, qué bonito lo que le ha llamado usted: el gachó.
Menudo gachó...
Pues gachó es voz romaní. Una lengua por
cierto que hablan los dignísimos gitanos españoles sin que
buscándola como pretexto saquen la navaja y asesinen a nadie. Lo
que iba diciendo, antes que usted estuviera de acuerdo conmigo
en la calificación: que el gachó, a la hora de hablar con el
Josu Ternera...
-- Muy bien puesto el artículo por delante a
El Ternera. Así es como siempre se ha llamado en España a los
asesinos en el lenguaje del Derecho Procesal. Eso, eso, El
Ternera, como El Lute y El Arropiero...
Como El Lute, no: con mayor indignidad. El
Lute robaba gallinas, y las robaba él mismo, no mandaba a nadie
a que le pegara dos tiros en la nuca a nadie, ni ponía
coches-bombas. Y, que yo sepa, nadie de Cataluña fue en su época
a ver al Lute para que no les robara las gallinas del Ave Crem,
pongo por caso, y para que su hermano no quitara carteras en el
Metro de Barcelona.
Nada, que hoy no hay forma aquí de seguir una
idea sin que te interrumpa la parroquia. Claro, como al personal
le ha hervido el agua del radiador con El Gachó y el Ternera...
Que iba a preguntarme que los dos, cuando se han reunido, ¿en
qué lengua han hablado? ¿En vascuence o en catalán? No, padre,
en español. Eso, en el fondo, es lo que más ha debido de
dolerles: que tengan que recurrir a la lengua de los opresores,
de los verdugos, de los imperialistas, al maldito idioma de los
españolistas para poder entenderse y quedar de acuerdo el
asesino y su encubridor. Porque me imagino que no habrán hablado
en inglés. El inglés lo dejan para las pancartas, porque están
tan cortitos en lengua británica como en dignidad: no pasan del
"Good bye, Spain" o del "Freedom for Catalonia".
Que El Ternera no quiera ser español nos ha
costado ya mil muertos. Que El Gachó no quiera ser español nos
ha costado ya no se cuántas empresas que han cogido carretera y
manta y al jefe de su socio, a Zapatero, le va a costar las
elecciones. A pesar de que no quieren ser españoles, como por la
boca muere el pez, ahí los tienen, recurriendo al español. Y en
el caso del gachó catalán, cayendo en algo tan español como
preguntar "¿qué hay de lo mío?"
Siempre estoy orgulloso de la lengua en que
hablo y en la que escribo, una lengua de mestizajes que en
ningún lugar del mundo se impuso con una pistola en la nuca ni
exterminando a raza alguna porque no tuviese el RH de Cervantes.
Hoy, sin embargo, me entristece la propia grandeza de mi lengua.
Por su universalidad, el español ha sido profanado por un gachó
catalán para entenderse con un asesino vasco a la hora de sentar
plaza de encubridor el uno, de lo suyo de siempre de criminal el
otro.