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Se
ha celebrado el debate de Canal Sur. ¿Y saben cuál es el
principal problema del debate? Que si no se hubiera celebrado no
habría ocurrido nada. Los telespectadores echan en falta que no
pongan "Tómbola" por Sevilla Televisión, o que no den el partido
de fútbol de los autonómicas, pero no existe el menor clamor
popular por el debate. Se ha hablado del "esperado" debate
andaluz. ¿Esperado por quién? Pues esperado por los aparatos de
los partidos, por los maquilladores de encuestas, por los
muñidores de campañas, por los que, como Pimentel o Pacheco, se
quedaron fuera. Un debate moderado por
Manuel Campo Vidal. Con esto está dicho todo. En Andalucía, por
lo visto, no hay periodistas presentadores de televisión, y para
moderar los debates tenemos que traerlos de ese camión-escoba u
oficina de recolocaciones de estrellas televisivas estrelladas
que tiene montado Canal Sur. Aquí recogemos a Lobatón, aquí
recogemos a Martín Benítez, aquí recogemos a Amalia Sánchez
Sampedro, aquí somos tan caritativos que recogemos a todo aquel
que prestó grandes servicios a la causa y que se quedó sin
trabajo en lo suyo de la cadena nacional, pública o privada, de
Madrid. Esos mismos enanos que han despedido del "Un,dos,tres",
verá usted lo pronto que son colocados por Canal Sur Televisión,
¿será por enanos? Ya que se trataba de traer a alguien de fuera,
en vez de Manuel Campo Vidal, ¿por qué no fue moderado el debate
por Luis Herrero? O por El Yuyu mismo. Qué pelotazo podía haber
dado Chaves con el paisano de Teófila...
Hubo en Canal Sur un fingido debate, que no le
interesa nunca a nadie, porque el verdadero debate andaluz está
en otra parte. El verdadero debate andaluz se dilucida entre
Rajoy y Zapatero. Esa es nuestra desgracia, que las elecciones
autonómicas andaluzas son siempre como un adosado de las
nacionales. Las urnas de Andalucía, ay, suelen ser un simple
campo de batalla para la campaña nacional. Parece que las
elecciones nacionales son las buenas, las chachis, y que las
andaluzas son las de mentirijillas. Ni se dignan cambiar de
candidatos. Chaves y Teófila otra vez frente a frente son ganas
de aburrir a las ovejas. Chaves, sacando pecho, dice que va a
seguir hasta que cumpla 22 años en el poder. ¿Por qué no 40
años, que es una cifra más redonda a estos efectos de la
perpetuación? El problema del debate fue que Chaves sabe que,
amparado en la campaña nacional seguirá sacando mayoría absoluta
hasta que le dé la gana. Y que Teófila ni el partido de Teófila
se creen que puedan ganarle a Chaves. Antes se hablaba mucho del
voto cautivo. Que era el del PSOE. Ya nadie habla. Claro, porque
ahora tenemos el voto derrotado. Que es el del PP.
Cabezudos de Pacheco
Pacheco siempre dando la nota. Pachequeando.
Hay que inventar el verbo pachequear, antes que Pacheco pase al
baúl de los recuerdos. Con lo que ha pachequeado Pacheco desde
sus comienzos, no sé cómo no se acuñó ese verbo. Vimos en Cádiz,
por Carnaval, por el Paseo Marítimo de Cádiz, unos cabezudos con
la cabeza de Pacheco. Nos pareció algo carnavalesco. Que los
cabezudos se habían escapado de la cabalgata que no salió por la
lluvia. Como eran aquellos días de Carnestolendas, no pensamos
en la cuestión de fondo: en los gravísimos problemas de
abastecimiento que se habrían producido en la industria nacional
del cartón al tener que buscar materia prima para tanta cabeza.
Pero no era cuestión de Carnaval. Llegó la Cuaresma, la Cuaresma
electoral, y los cabezudos de Pacheco siguen paseando por
Andalucía. Con un despiste bastante importante. Los mejores
cabezudos no son los muñecos que Pacheco manda a recorrer las
calles como su definición de la Justicia: en plan de cachondeo.
Los mejores cabezudos de Pacheco son las fotografías de Manuel
Chaves en sus propias vallas electorales. Que los andaluces
vayan a darle la mayoría absoluta a una cosa así es como pararse
a pensar muy seriamente. ¿Qué puede esperarse de una tierra que
confía su futuro en un líder así, sin el menor carisma, sin el
menor tirón, maestro en el arte de callarse, que al principio no
quería venir y que ahora le ha cogido tanto gusto al sillón no
quiere irse y nos promete quedarse 22 años? Algo muy malo hemos
debido de hacer los andaluces cuando el cielo nos quiere mandar
este castigo de tener a Chaves en la Junta durante 22 años. Hay
que leerse las partes apocalípticas de la Biblia para encontrar
pueblos malditos que mereciesen castigo tal.
Del PTE al PTPre
En la transición, ¿te acuerdas de la
transición?, había un partido muy de izquierdas, muy rojo de
todo rojerío, que era el PTE, el Partido del Trabajo de España.
Era el partido de Pina López Gay, de Isidoro Moreno, de Tomás
Iglesias, del Bizco de Lebrija, de Paco Casero, del Sindicato de
Obreros del Campo, el famoso SOC. Como eran tan rojos de toda
rojitud, numerosos líderes de aquel partido encontraron pronto
acomodo, empleo, futuro y el pan de sus niños en el mismo PSOE
al que acusaban de reformista, posibilista y burgués. Los que
querían hacer la reforma agraria terminaron haciéndose un chalé
en Simón Verde. Y cómo habrán cambiado las cosas, que a estas
elecciones se presenta un partido casi testimonial que lleva
aquellas mismas históricas siglas, el PT. Pero sin la E al
final. Y en vez de la E, las letras PRE. Es el PTPre: el Partido
de los Trabajadores en Precario, y que se presenta al menos por
Cádiz, con Jesús Caballero como líder. Partido todo lo
testimonial que quieran, pero que desvela una terrible realidad
frente al triunfalismo al uso por la izquierda gobernante en
Andalucía y manipulante en Canal Sur: la inestabilidad en el
empleo, los contratos-basura, los empleos por tres días o por
cuatro horas. Tantas cosas han cambiado, que de "la tierra para
el que la trabaja" del PTE hemos pasado a "trabajo para el que
vive en esta tierra" del PTPre.
Letiziamanía electoral
La Letiziamanía ha llegado a la política.
¿Vieron a Teófila en el debate, no? ¿Se fijaron en su atuendo?
Cambio importante. No llevaba su famoso chal. Y esa chaqueta
blanca que yo tenía y que con la flor de la jara se mantenía,
¿no les recordaba el estilo Letizia? Teófila parecía vestida
como para la petición de mano de Andalucía. Lo que pasa es que
el padre de la muchacha, que es Chaves y todo el entramado de
intereses que domina, por mucho que se empeñe y por mucho que se
vista como Letizia en la pedida, no se la va a conceder.
Las otras encuestas
De encuestas estamos hasta el gorro, qué
pesadez de encuestas. ¿Quién cree en las encuestas? Las
encuestas son un dogma de fe de la religión de la sociedad
civil, tan incomprensibles como el dogma de la Santísima
Trinidad. Son como las audiencias de televisión. ¿Usted conoce a
alguien que tenga en su casa uno de esos cacharritos que dicen
que son los que miden las audiencias de televisión? Y del mismo
modo, ¿usted conoce a alguien al que le hayan preguntado para la
encuesta del CIS, o para la encuesta que maneja el PSOE, o para
la encuesta del periódico tal o de la emisora cual? A mí las
encuestas que me gustaría conocer no son éstas al uso. Me
gustaría conocer encuestas más apasionantes, que nos revelarían
realidades sociológicas mucho más explicativas de lo que está
pasando en Andalucía. Por ejemplo, ¿cuántos empresarios de los
que de boquilla dicen que apoyan al PP y le hacen carantoñas a
Javier Arenas están en el fondo encantados con que Chaves saque
otra vez mayoría absoluta, porque así sus contratitos con la
Junta y sus subvencioncitas no peligran en lo más mínimo? Y por
el contrario, ¿cuántos votantes de los pueblos, aparente carne
de cañón electoral del PSOE, están deseando de que gane de una
vez el PP para que así se pueda desmontar el cacicazgo local que
se tiene montado el nuevo señorito, que no es otro que ese
alcalde socialista que lleva tanto tiempo en el cargo, que es
además parlamentario andaluz y que tiene ahora línea directa con
Zarrías como antes la tenía con Guerra?
Manolo González y Pepín
Y como tantos sábados, permítannos terminar
con un breve apunte sobre sociología taurina andaluza. Homenaje
en Aracena en recuerdo de Manolo González. Justísimo homenaje. A
ver si de una vez sacamos del olvido a este grandísimo torero de
Sevilla, a esta gran capotero, una figura que levantó pasiones
en la Andalucía de los años 50 del siglo XX. Si la Historia la
escriben los vencedores, yo no sé quién está escribiendo la
Historia del Toreo, con injusticias terribles. Torerito de tres
al cuarto hay que, como le dora la píldora al poder, tiene su
lugar en la Historia. En la que nos hemos olvidado nada menos de
dos nombres fundamentales, el hilo de arte que lleva de Pepe
Luis Vázquez a Curro Romero. Esos dos nombres son Manolo
González y Pepín Martín Vázquez. Ay, qué terrible olvido el de
Pepín Martín Vázquez...
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